enfermedades infecciosas

Síntomas Infección por el virus del Nilo Occidental

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definición

El Nilo Occidental es una enfermedad infecciosa transmitida por las picaduras de mosquitos.

La infección se debe al virus West Nile (WNV), que pertenece a la familia Flaviviridae, se aisló por primera vez en 1937 en Uganda y se diseminó en las regiones templadas y subtropicales de África, Asia occidental, Europa, Australia y América.

El patógeno se mantiene en el medio ambiente a través del paso continuo entre los artrópodos que absorben sangre (especialmente los mosquitos Culex) y las aves silvestres, que actúan como reservorios de infección. Otros vertebrados, por otro lado, son huéspedes ocasionales, en los cuales el ciclo biológico del virus del Nilo Occidental tiende a detenerse (debido a que el grado de viremia es insuficiente para el mantenimiento de la infección en la naturaleza).

Entre los mamíferos, solo los humanos y los caballos desarrollan la enfermedad, aunque se puede encontrar una viremia transitoria en varios otros animales (incluidos perros, gatos y conejos).

Los métodos más raros de contagio incluyen transfusiones de sangre, trasplantes de órganos y transmisión vertical, es decir, de la madre al feto durante el embarazo.

Inmediatamente después de ser inoculado en humanos, el virus del Nilo Occidental comienza a multiplicarse en las células de Langerhans de la dermis, luego se propaga a través de la corriente sanguínea a todos los órganos del sistema linfático.

La viremia dura aproximadamente 10 días, con un pico a los 4-8 días desde la punción del vector. La superación de la barrera hematoencefálica por el virus del Nilo Occidental determina la evolución del cuadro clínico hacia formas graves de meningitis o encefalitis.

Desde el momento de la infección del mosquito infectado, el período de incubación varía entre 2 y 14 días.

Síntomas y signos más comunes *

  • anorexia
  • astenia
  • ataxia
  • coma
  • convulsiones
  • diarrea
  • Dolor en los ojos
  • Dolores en las articulaciones
  • Dolores musculares
  • Edema cerebral
  • eritema
  • Fascinación muscular
  • fiebre
  • letargo
  • Ganglios linfáticos agrandados
  • máculas
  • Dolor de cabeza
  • meningitis
  • náusea
  • Ojos rojos
  • pápulas
  • parestesia
  • Pérdida de coordinación de movimientos.
  • Erupción cutánea de color rojo escarlata.
  • Reducción de la visión
  • Rigidez de los músculos de la espalda y cuello.
  • modorra
  • Estado confusional
  • temblores
  • Visión borrosa
  • vómitos

Direcciones adicionales

En la mayoría de los casos, las infecciones por el virus del Nilo Occidental son totalmente inapropiadas o causan un síndrome leve similar a la gripe. Otras veces, sin embargo, puede desarrollarse una enfermedad sistémica, llamada fiebre del Nilo Occidental (WNF, por sus siglas en inglés). Los síntomas aparecen repentinamente con un estado de debilidad, fiebre moderada o elevada, dolor muscular y articular, anorexia, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, que rara vez se acompañan de linfadenopatía y erupción (eritema maculopulótico o morbiliforme).

En los ancianos, en niños muy pequeños y en personas inmunodeprimidas, es posible que se presenten manifestaciones más graves, como meningitis, encefalitis y parálisis flácida (forma neuroinvasiva, WNND), con posible curso mortal (3 a 15% de los casos). Los signos neurológicos más frecuentes incluyen fiebre alta, dolor de cabeza severo, rigidez del cuello, debilidad muscular extrema, desorientación, temblores, trastornos visuales, convulsiones y alteración del estado de conciencia (de entidad variable: letargo, confusión o coma). Además, en la encefalitis del Nilo occidental, puede producirse parálisis (extremidades o cráneo) debido a lesiones focales, temblores y dificultad para controlar los movimientos.

El diagnóstico de la infección por el virus del Nilo Occidental se realiza mediante pruebas de laboratorio (ELISA o inmunofluorescencia para la detección de anticuerpos de las clases IgM o IgG). La aparición en suero de anticuerpos IgM coincide con el término de viremia.

En la actualidad, no existe una terapia específica para la infección por el virus del Nilo Occidental. En la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen espontáneamente después de algunos días o semanas. Sin embargo, en casos severos, es necesaria la hospitalización, donde los tratamientos sintomáticos incluyen la administración de fluidos intravenosos y la respiración asistida. Los resultados neurológicos permanentes son posibles.

Dado que aún no se dispone de una vacuna eficaz, la prevención de la infección por el virus del Nilo occidental se basa esencialmente en el control ambiental de los vectores y en las medidas de profilaxis del comportamiento.