En medicina, el término hipertensión maligna pretende indicar una condición mórbida grave, caracterizada por un aumento repentino de la presión arterial alta .
De hecho, en presencia de hipertensión maligna, se pueden observar niveles de presión arterial por encima de 180/120 mmHg (NB: el primer valor es la presión sistólica, o el máximo, el segundo valor es la presión diastólica, o el mínimo), más alto con diferencia no solo a niveles de presión normales (115/75 mmHg), sino también a los de hipertensión en etapa moderada (140/90 mmHg).
La hipertensión maligna debe considerarse una situación de emergencia real, que debe remediarse de inmediato, ya que de lo contrario podría tener graves repercusiones en diversos órganos y sistemas de órganos . Entre estos últimos merecen una mención especial, como particularmente en riesgo, el sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y el sistema renal .
Existen dos causas principales de hipertensión maligna: padecen una presión alta (y la ignoran) y se someten a un tratamiento para la presión arterial alta inadecuada y discontinua .
Las causas menores, sin embargo, son:
- Enfermedades vasculares del colágeno (por ejemplo, esclerodermia, lupus eritematoso sistémico, etc.)
- El uso de drogas, como la cocaína y las anfetaminas.
- Glomerulonefritis
- Preeclampsia y eclampsia.
- Tumores suprarrenales
- Traumatismo severo en la cabeza o médula espinal.
- Reacciones no deseadas a ciertos medicamentos, incluida la píldora anticonceptiva
FACTORES DE RIESGO Y EPIDEMIOLOGÍA
La hipertensión maligna es un fenómeno muy raro .
De hecho, según un estudio realizado en la población de EE. UU., Solo el 1% de los estadounidenses se vería afectado anualmente.
Esta cifra es particularmente interesante si consideramos que los estadounidenses afectados por un cambio de presión arterial más o menos grave son aproximadamente 50 millones (aproximadamente el 15, 7% de la población).
Con respecto a las condiciones de riesgo, varios estudios estadísticos han demostrado que los que están en mayor riesgo son los del Caribe y los afroamericanos . Esto no debería sorprender, ya que son dos razas típicamente propensas a trastornos de la presión arterial .
Además, también ha surgido que la incidencia de hipertensión maligna es mayor entre los hombres y entre aquellos que pertenecen a una condición económica media-baja.