salud ocular

Síntomas del glaucoma

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definición

El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por un daño progresivo al nervio óptico. Este daño se debe, en parte, a un aumento de la presión interna en el ojo.

Los glaucomas se clasifican principalmente en glaucoma de ángulo abierto y en leucomas de ángulo cerrado. El ángulo al que se refiere la clasificación es el formado por la unión entre el iris y la córnea en la periferia de la cámara anterior. Desde este ángulo iridocorneal, la mayor parte del humor acuoso producido por el cuerpo ciliar sale del ojo (principalmente a través de la trabecular y el canal de Schlemm). Cuando hay una producción excesiva de humor acuoso o hay un obstáculo que bloquea su salida (condición más frecuente), hay un aumento en la presión intraocular. Esto, que se deriva de la acumulación excesiva de líquido, daña el nervio óptico, cuya función es transportar señales visuales al cerebro.

Los glaucomas pueden ser primarios (si se desconoce la causa del origen) o secundarios a otra afección (por ejemplo, retinopatía diabética, oclusión isquémica, obstrucción por células neoplásicas, etc.).

Síntomas y signos más comunes *

  • Solo alrededor de la luz
  • anisocoria
  • ojo de buey
  • Ceguera nocturna
  • Conati
  • Dolor en los ojos
  • exoftalmos
  • fotofobia
  • Hinchazón de los párpados
  • lagrimeo
  • Dolor de cabeza
  • midriasis
  • náusea
  • Ojos rojos
  • Alta presión intraocular
  • Estrechamiento del campo visual.
  • Reducción de la visión
  • escotomas
  • Visión borrosa
  • vómitos

Direcciones adicionales

El glaucoma puede surgir y desarrollarse sin que el paciente lo sepa. Aunque a menudo es "silenciosa", la enfermedad tiende a producir alteraciones características en el nervio óptico y la papila (la parte inicial del nervio óptico en el área central de la retina), además de causar una reducción en el campo visual.

El glaucoma puede ser agudo o crónico. El glaucoma agudo ocurre repentinamente con dolor intenso en los ojos y enrojecimiento conjuntival, visión reducida, visión de halos de colores alrededor de las luces, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. El glaucoma crónico, por otro lado, no causa síntomas particulares, por lo que el paciente solo puede darse cuenta de la enfermedad en la fase terminal. Si no se trata adecuadamente, el glaucoma puede afectar la visión periférica y causar un daño irreversible al nervio óptico, lo que también puede provocar ceguera.

El glaucoma se diagnostica mediante oftalmoscopia, examen del campo visual y medición de la presión intraocular. La alta presión dentro del ojo es un indicador importante en la evaluación del glaucoma, lo que constituye un factor de riesgo. En los pacientes afectados, la presión intraocular generalmente es superior a 21 mmHg, pero este criterio no es esencial para el diagnóstico (en el caso del glaucoma puede ser alto, pero también se incluye en los valores promedio entre 10 y 21 mmHg). El diagnóstico de la enfermedad se confirma por la presencia de alteraciones características del nervio óptico y del campo visual, así como por la exclusión de otras causas.

El tratamiento del glaucoma consiste en la reducción de la presión intraocular. Hay tres métodos disponibles para controlar el flujo y el drenaje del humor acuoso: fármacos, láseres y cirugía incisional.