Por el Dr. Gianpiero Greco
Desafortunadamente, aún hoy en día existe una falta de conocimiento científico sobre las características fisiológicas de los deportes de combate.
Sería suficiente dar un paseo en los gimnasios donde practican artes marciales para darse cuenta de que el entrenamiento atlético a menudo se deja al azar.
Aquí hay algunas consideraciones sobre cómo establecer la planificación de la capacitación con rigor científico.
Si analizamos una competencia de karate podemos ver que, en relación con el consumo total de energía, las fracciones de energía aeróbica (WAER), alactácido anaeróbico (WPCR) y lactacida anaeróbica (WBLC) corresponden respectivamente al 77.8%, 16.0%. y el 6, 2%.
Analicemos ahora el perfil metabólico de un combate como:
Los períodos de BA (actividad básica de baja intensidad) están separados por interrupciones de 9 segundos. Con una alta actividad posterior de VO2.
MA anaeróbico: potencia anaeróbica para la actividad a una intensidad máxima de 2 segundos;
BA anaeróbico: potencia anaeróbica para la actividad básica;
BA aeróbicos: potencia aeróbica para la actividad básica;
VO2fast BR: pago de la deuda de oxígeno alacácido expresada por el componente rápido de VO2 durante las pausas (fase de refresco) entre los períodos de baja intensidad (BA);
Post VO2 fast: pago de la deuda de oxígeno alactácido expresada por el componente rápido VO2 después del combate (fase de refresco);
VO2slow BR y post: pago de la fracción de ácido láctico de la deuda de oxígeno expresada por el componente lento (debido al costo energético de la resíntesis oxidativa del glucógeno a partir del ácido láctico) durante las pausas y después del combate.
Tanto el poder anaeróbico de lactácido (PBLC) como el de alactácido (PPCR) se correlacionan positivamente con el número de acciones de alta intensidad por minuto de actividad y se correlacionan negativamente con la duración de las interrupciones de combate.
Tanto el poder metabólico total (PTOT) como el anaeróbico láctico (PBLC) disminuyen con el aumento del número de peleas, mientras que el alactácido anaeróbico (PPCR) y el poder aeróbico (PAER) no tienen correlación con el número de peleas.
En conclusión, se puede deducir que el mecanismo aeróbico es la fuente predominante de energía, con la intervención del alactácido anaeróbico.
Por lo tanto, el entrenamiento atlético debe llevarse a cabo siguiendo los resultados de los estudios científicos actuales, para llevar a cabo un programa de trabajo altamente profesional destinado a lograr los objetivos establecidos.
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