enfermedades infecciosas

¿Cómo se diagnostica la toxoplasmosis?

El diagnóstico de la toxoplasmosis se basa principalmente en la investigación y la cuantificación de anticuerpos específicos (IgM e IgG) por inmunofluorescencia indirecta ( IFA ) o inmunoensayo enzimático ( EIA ).

El IgM anti-toxoplasma aparece durante las primeras 2 semanas de enfermedad aguda, con un pico entre la cuarta y la octava semana, antes de volverse indeterminable (solo en ciertos casos, se puede detectar hasta el 18vo mes después de la infección) . La IgG específica, por otro lado, se forma más lentamente, alcanza su pico en 1-2 meses y puede permanecer alta y estable durante meses o años. En una persona sana, la infección previa produce una prueba Toxo negativa para IgM y una IgG positiva.

La presencia de Toxoplasma gondii se puede demostrar mediante pruebas histológicas, de cultivo y PCR para el ADN del parásito en muestras de tejido y fluidos orgánicos (sangre, LCR y líquido amniótico). Además de estas pruebas, ciertas investigaciones de diagnóstico, como la tomografía computarizada, la resonancia magnética, la ecografía y la oftalmoscopia pueden ayudar a confirmar el diagnóstico sospechoso de toxoplasmosis.