enfermedades infecciosas

Estructuras accesorias de bacterias

Azote o pestañas

El flagelo es un órgano de locomoción típico de las bacterias de forma cilíndrica (bacilos).

Dependiendo del número y la posición de estos flagelos, las bacterias se dividen en:

MONOTRICHI
peritricoso
LOFOTRICHIANFITRICHI

Los flagelos, cuya longitud es de entre 5 y 10 micrómetros, tienen una estructura filamentosa y están constituidos por subunidades de proteínas helicoidales que contienen flagelina (una proteína). Gracias a estas proteínas, que difieren de bacterias a bacterias por una constitución de aminoácidos, los flagelos representan órganos de reconocimiento para el sistema inmunitario humano (constituyen el llamado ANTIGENO H).

En cada plaga se pueden reconocer tres partes:

  • El filamento, que es la parte sobresaliente.
  • Un gancho, a través del cual se adhiere a la membrana plasmática.
  • Un cuerpo basal, que actúa como un anclaje a la membrana.

Dentro del cuerpo basal se genera la energía necesaria para mover el flagelo en sentido contrario a las agujas del reloj o en el sentido de las agujas del reloj. En el primer caso, considerando que la hélice flagelar tiene un patrón siniestro, se genera un movimiento propulsivo activo ("natación", quimiotaxis positiva), mientras que cuando el flagelo se mueve en el sentido de las agujas del reloj, hay un movimiento improductivo. La orientación de los movimientos está influenciada por los estímulos captados por los receptores ubicados en la superficie de la bacteria; Si sienten la presencia de nutrientes, se genera un movimiento propulsor activo; viceversa, si la señal seleccionada es dañina (por ejemplo, debido a la presencia de sustancias antibacterianas), la quimiotaxis es negativa y la bacteria se aleja.

La movilidad activa, conferida a la célula por la presencia de flagelos, también puede favorecer la penetración de patógenos en el organismo.

Pili o Fimbrie

Mucho más pequeños que los flaggels (tienen dimensiones de 0, 2 a 2 micrómetros), están formados por una repetición de subunidades de proteínas que forman una estructura helicoidal. Aparecen como apéndices estrictos, no tienen función de movimiento y son más frecuentes en especies de GRAM negativas, tanto móviles como inmóviles.

Las proteínas que los componen se llaman piline, mientras que las que caracterizan la extremidad se llaman adhesinas; estas últimas permiten que la bacteria se adhiera mejor a las superficies, como las membranas mucosas del cuerpo humano.

Luego hay tipos particulares de fimbrias, llamadas FIMBRIE F (F as Fertility), sin adhesinas e involucradas en el proceso de conjugación.

En resumen, por lo tanto, hay pili sexuales y pili con propiedades adhesivas.

Cápsula bacteriana

La cápsula bacteriana es una envoltura muy voluminosa que consiste esencialmente en agua y mucopolisacáridos, que le dan cierta pegajosidad. Promueve la adhesión de la bacteria a ciertas superficies o a otras bacterias (facilitando la formación de colonias); También cubre una importante función antifagocítica y protectora contra sustancias antibacterianas, como la lisozima en sí.

El grosor, la densidad y la adhesión de la cápsula a la pared celular varían de una especie a otra.

Capa cristalina

O capa S; Está compuesto de proteínas y polímeros de diversa naturaleza, que se unen de manera ordenada. Tiene una función protectora y promueve la agregación bacteriana y la adhesión a las superficies mucosas.

espora

La espora es típica de muchas bacterias, especialmente las que pertenecen al género bacillus o clostridium. Cuando una célula bacteriana entra en una fase de latencia metabólica debido a la falta de condiciones adecuadas para la vida (falta de nutrientes, temperaturas excesivamente altas o bajas, etc.), rodea su ADN con una serie de estructuras protectoras (corteza, manto y exosporio). y lo expulsa. Gracias a este tipo de cáscara extremadamente resistente, la espora puede sobrevivir condiciones ambientales particularmente desfavorables (como cocinar alimentos) y reactivarse, con un proceso llamado germinación, tan pronto como sean adecuados para la vida.

El proceso de esporulación (es decir, la formación de esporas) dura de seis a diez horas y está mediado por activaciones genéticas en respuesta a cambios ambientales; para germinar, en cambio, la espora toma en promedio una o dos horas.