Actualmente, no hay terapia de resolución para la ceguera al color ; sin embargo, considerando el origen genético del trastorno, uno podría beneficiarse de la terapia génica .
El enfoque, que hasta ahora se ha intentado solo a nivel experimental en modelos animales, prevé la sustitución de uno o más genes defectuosos (responsables de formas específicas de ceguera al color) con las versiones saludables correspondientes, a través de inyecciones debajo de la retina. Aunque prometedor, la eficacia y la practicabilidad del método deben ser confirmadas por estudios adicionales.
En este momento, los sujetos daltónicos pueden beneficiarse de lentes equipadas con filtros especiales que ayudan a distinguir algunos colores. Un ejemplo es el Oxy-Iso, desarrollado por el neurobiólogo Mark Changizi; Si las usan las personas con ceguera al color, estas lentes le permiten ver el rojo y el verde, desafortunadamente con el efecto secundario de atenuar la percepción del amarillo y el azul.
