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La cría de peces o peces salvajes?

Cría de peces o peces silvestres: ¿cuál elegir para disfrutar plenamente de las preciosas virtudes nutricionales de este alimento? La respuesta a esta pregunta requiere un examen previo de las técnicas de acuicultura, un sector que ahora es esencial en la economía alimentaria mundial. Estas "fábricas de peces", de hecho, producen especímenes adultos a tasas insostenibles para sus hábitats naturales, logrando así satisfacer las enormes demandas internacionales.

Los peces cultivados a menudo se encuentran en un ambiente tan poblado que tienen un volumen per cápita más pequeño que una bañera normal. El contacto cercano entre los diversos especímenes y las colisiones contra las jaulas pueden causar pequeñas heridas en las aletas y la cola, aumentando la susceptibilidad de los organismos a las enfermedades epidémicas, hasta causar su muerte prematura. La propagación de infecciones e infestaciones también se ve favorecida por el hacinamiento de los tanques. En consecuencia, para frenar estos fenómenos, los técnicos de acuicultura se ven obligados a agregar antibióticos y sustancias químicas al agua en los tanques.

La dieta, basada principalmente en harinas vegetales de soya, reduce la concentración de sales minerales y los preciosos omega-tres (especialmente en la carne de salmón y otros carnívoros), mientras aumenta la fracción de omega-seis. De esta forma se reduce una de las mejores cualidades nutritivas de este alimento.

Los animalistas, por otro lado, señalan que un pez obligado a vivir en espacios muy pequeños no puede estar contento con su condición, lo que provoca estrés, frustración y sufrimiento. Un fenómeno, esto, que podría dar algunas risas entre los lectores menos sensibles, pero que sin embargo tiene repercusiones negativas en la calidad de la carne.

¿Debería evitarse la cría de peces? Por supuesto que no Los sistemas de oxigenación y purificación de agua, junto con los controles de salud, pueden reducir considerablemente la gravedad de los problemas expuestos. Por otro lado, incluso los propios agricultores tienen todo el interés en proteger la salud de los animales; Una oxigenación insuficiente del agua, por ejemplo, afecta negativamente el crecimiento y el ritmo del apetito de los especímenes. Las vacunas, por otro lado, han contribuido significativamente a la prevención de enfermedades infecciosas graves y a reducir el uso de antibióticos y quimioterapéuticos. También los controles por parte de los organismos responsables representan una garantía adicional para el consumidor. Obviamente, esto no impide que los agricultores sin escrúpulos recurran a antibióticos o promotores de crecimiento no aprobados; Este fenómeno, además, está muy extendido incluso entre los criadores de ganado.

En última instancia, la diferencia entre un pez salvaje y uno de cultivo es la misma que separa a un pollo de corral criado en el suelo por uno criado en una batería. Obviamente, se prefiere el pescado de mar o de agua dulce, incluso si esta elección se ve penalizada en parte por su mayor susceptibilidad a la acumulación de metales pesados, especialmente si se trata de un gran depredador atrapado en agua contaminada.