definición
La escialadenitis es una inflamación de las glándulas salivales. Por lo general, se establece después de una hiposecreción glandular o para la formación de un cálculo obstructivo; También puede ser secundario a una infección. El microorganismo responsable más extendido es Staphylococcus aureus, pero también pueden estar implicados los estreptococos y varios agentes virales. Los factores predisponentes son la deshidratación (que causa una reducción en el flujo salival), el trauma y el uso de ciertos medicamentos (por ejemplo, diuréticos y antidepresivos). La escialadenitis es particularmente común en pacientes con xerostomía o síndrome de Sjögren y en pacientes sometidos a radioterapia oral. En algunos casos, la inflamación puede desarrollarse sin ninguna causa obvia.
La escialadenitis afecta principalmente la parótida y la glándula submandibular, y puede tener un curso agudo o crónico.
Síntomas y signos más comunes *
- escalofríos
- Dolor asociado a la masticación.
- edema
- eritema
- fiebre
- Formación de pus
- Ampliación de las parótidas.
- Dolor de cabeza
Direcciones adicionales
Los principales síntomas de la escialadenita consisten en dolor e hinchazón unilaterales, con enrojecimiento de la piel que lo recubre (eritema y edema). La glándula salival afectada aparece dura y ampliamente dolorosa; además, al comprimirlo, el pus puede escapar (para someterse a un examen de cultivo).
El paciente que sufre de escialadenitis puede quejarse de dificultad y dolor al abrir la boca o al mismo tiempo que las comidas, cuando se estimula la salivación. Además, pueden aparecer fiebre, escalofríos y dolores de cabeza.
Las formas crónicas o recurrentes, principalmente debido a la calculosis, pueden comenzar en ausencia de síntomas particulares, a excepción de las exacerbaciones episódicas.
La visita ENT, apoyada por ultrasonido, tomografía computarizada o resonancia magnética, sirve para confirmar la presencia de escialadenita e identificar la causa responsable.
El tratamiento varía según la etiología. En general, se proporciona terapia con antibióticos (según los resultados de las pruebas de cultivo) y el uso de medidas locales, como hidratación, compresas calientes en la región afectada y buena higiene bucal. En las formas crónicas, se puede recomendar la extirpación quirúrgica de los cálculos (si están presentes) o de la glándula salival afectada.