drogas

Antibióticos inconscientes en la historia de la medicina.

Como suele suceder, incluso en el caso de los antibióticos, la experiencia empírica precedió de lejos a los grandes "descubrimientos" de la ciencia.

Específicamente, no fue hasta 1943 que el primer antibiótico, la penicilina, estuvo disponible a gran escala para el tratamiento y prevención de infecciones. A la luz de este descubrimiento, hoy podemos entender por qué, alguna vez, algunos tratamientos médicos estuvieron de moda y, al principio, pueden parecer extraños y carentes de eficacia.

En 2500 aC, por ejemplo, los chinos usaron leche de soja fermentada para tratar los forúnculos y las ampollas. En el siglo I d. C., las llamadas "tierras medicinales" estaban de moda entre los romanos. El uso de telas de araña, musgos e incluso decocciones de tejas o polvos con tejas ricas en moho también es extenso y está bien documentado. Nuevamente, para tratar las heridas infectadas, los mayas utilizaron un moho rojizo, se cultivaron en los granos de trigo seco y se dejaron fermentar.

Sin saberlo, todas estas curas se basaron en el poder bacteriostático y bactericida de algunas sustancias producidas por los mohos, que siglos después dieron a luz a los primeros antibióticos.