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Antibióticos: ¿Cuánto tiempo los tomas?

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generalidad

En el sentido estricto del término, los antibióticos son medicamentos de origen natural que se usan para tratar o prevenir muchos tipos de infecciones bacterianas. Las sustancias de origen sintético con acción antibacteriana se denominan, en cambio, " quimioterapéuticos antibacterianos ".

En cualquier caso, en el lenguaje común, el término "antibiótico" se utiliza para indicar medicamentos de origen natural y sintético.

Gracias al advenimiento de los antibióticos, ha sido posible tratar enfermedades que alguna vez fueron letales, mejorando enormemente la vida de las personas. Por lo tanto, estos medicamentos pueden definirse como medicamentos esenciales.

Sin embargo, a pesar del considerable desarrollo que ha tenido la investigación en este sector y del gran número de medicamentos descubiertos, hoy en día, hay una reducción gradual en la eficacia terapéutica de los antibióticos, debido, sobre todo, a su abuso y Un uso incorrecto e inconsciente.

De hecho, el abuso y mal uso de estos medicamentos ha tenido algunas consecuencias dramáticas, ya que han fomentado el desarrollo de cepas bacterianas resistentes que son completamente insensibles a la terapia con antibióticos.

Para comprender mejor la importancia del uso correcto de los antibióticos, es útil hacer una breve introducción al fenómeno de la resistencia.

Resistencia a los antibióticos.

La resistencia a los antibióticos es un fenómeno en el cual las bacterias se vuelven resistentes a la terapia con antibióticos. En otras palabras, el antibiótico se vuelve incapaz de inhibir el crecimiento o matar al microorganismo objetivo.

Es importante saber que la resistencia puede ser de dos tipos:

  • Resistencia intrínseca, es decir, una resistencia ya presente en la bacteria incluso antes de tomar el medicamento;
  • Resistencia adquirida o inducida, es decir, la resistencia se desarrolla en la bacteria solo después de la administración del antibiótico.

El abuso y mal uso de antibióticos han fomentado el desarrollo de la resistencia adquirida.

Más precisamente, el establecimiento de resistencia se debe al comportamiento incorrecto de los pacientes y, a veces, a los errores de los prescriptores. Estos comportamientos incorrectos son:

  • La auto-prescripción de antibióticos por parte de los pacientes, incluso cuando no serían necesarios (aunque cualquier antibiótico solo puede comprarse tras la presentación de una receta);
  • Prescripción de antibióticos incluso cuando su uso no es necesario, por ejemplo, en el caso de que la infección pueda resolverse por sí sola sin la necesidad de un tratamiento farmacológico, o en el caso de enfermedades de enfriamiento o infecciones virales;
  • Prescripción y administración de antibióticos inapropiados para tratar la infección actual;
  • Uso excesivo o malo de antibióticos en tratamientos de profilaxis;
  • Tomar una cantidad de antibiótico diferente (menor o mayor) de la prescrita por el médico;
  • Tomar el antibiótico por un período diferente (generalmente más bajo) que el prescrito por el médico.

Duración óptima de la terapia con antibióticos

La duración óptima del tratamiento con antibióticos debe ser tal que controle la infección bacteriana, y posiblemente la elimine por completo, mientras se evita la recaída.

Para algunos tipos de infecciones, la duración óptima de la terapia con antibióticos está bien definida, mientras que para otros tipos, el médico determinará la duración del tratamiento según el tipo de infección y la condición del paciente.

Es muy importante que los pacientes sigan las instrucciones proporcionadas por el médico y no adopten la "técnica de bricolaje" para garantizar el tratamiento correcto de la infección y evitar la aparición de posibles efectos perjudiciales.

Terminación temprana de la ingesta de antibióticos

La interrupción del uso de antibióticos antes del final del tratamiento recomendado por el médico puede causar efectos muy dañinos.

A menudo sucede que los pacientes interrumpen el tratamiento con antibióticos tan pronto como se sienten mejor. Sin embargo, el hecho de que haya signos de mejoría no significa que la infección bacteriana haya sido completamente erradicada; en otras palabras, puede haber bacterias sobrevivientes.

Las bacterias que no han sido eliminadas, o cuyo crecimiento no ha sido inhibido drásticamente por la terapia con antibióticos, continúan multiplicándose. Esto puede favorecer no solo la reaparición de la infección y los síntomas asociados con ella, sino que también puede favorecer la aparición de resistencia frente al antibiótico utilizado.

Por lo tanto, en caso de recurrencia, puede ser necesario un tratamiento adicional para erradicar la nueva infección, lo que puede requerir el uso de una dosis más alta del antibiótico usado anteriormente o, incluso, puede ser necesario usar otra. Tipo de fármaco debido al desarrollo de resistencia.

Exposición prolongada a los antibióticos

Como se indicó anteriormente, la finalización temprana de la terapia con antibióticos puede favorecer la reaparición de la infección y puede requerir un nuevo tratamiento con antibióticos con el mismo medicamento o un medicamento diferente.

Esta situación hace que el paciente se someta a una exposición prolongada a los antibióticos. Esta exposición prolongada tiene consecuencias, tales como:

  • Mayor riesgo de incidencia de efectos secundarios debido al propio antibiótico, como por ejemplo, náuseas, vómitos y diarrea;
  • Mayor riesgo de desarrollo de resistencia al antibiótico por las bacterias que causan la infección.

conclusiones

En conclusión, las instrucciones del médico sobre la duración de la terapia con antibióticos deben respetarse escrupulosamente y no acortarse por iniciativa propia, para evitar la aparición de recaídas y el desarrollo de resistencia por parte de las bacterias responsables de la infección.

Sin embargo, debemos tener cuidado de no cometer el error opuesto; es decir, si los síntomas no mejoran, no debe tomar más de la dosis prescrita y no debe prolongar el tratamiento más allá del período prescrito, pero debe hablarlo con su médico.

Para garantizar la eficacia terapéutica de la terapia con antibióticos, es indispensable:

  • Tome antibióticos solo cuando sean realmente necesarios y solo cuando sean recetados por su médico;
  • Tome el antibiótico en la dosis y durante el tiempo establecido por el médico;
  • No realice cambios a la terapia con antibióticos por su propia iniciativa sin consultarlo primero con su médico.