Pirosis es el término mediante el cual los médicos identifican la sensación desagradable de incomodidad o dolor de tipo ardiente (ardor), que se siente detrás del esternón con una tendencia a la irradiación hacia la garganta (sensación de acidez que aumenta).

Responsable de esta sintomatología es el insulto sufrido por la mucosa esofágica debido al ascenso excesivo de los ácidos contenidos en el estómago. A veces, el dolor asociado con la pirosis es tan intenso que se confunde con un ataque de angina o un infarto cardíaco; a diferencia de la pirosis, sin embargo, estas afecciones son causadas comúnmente por el esfuerzo físico, a veces incluso modesto, y no desaparecen después de la ingestión de antiácidos.

La pirosis es un síntoma bastante común, que se manifiesta en numerosas circunstancias. Esta quemadura molesta puede, de hecho, aparecer en cualquier momento, pero es más común aproximadamente media hora después de una comida o a una gran distancia de ella; a menudo se asocia con dispepsia (mala digestión) y, en este caso, se asocia típicamente con náuseas, eructos y regurgitación. Además, la pirosis perturba el sueño de muchas personas, ya que la posición de mentira favorece el ascenso de los jugos gástricos al esófago; Por la misma razón, este síntoma también puede aparecer durante movimientos particulares del tronco, como el hecho de atarse los zapatos o recoger un objeto del suelo. Finalmente, ahora está bien establecido que el inicio de la pirosis, o al menos su empeoramiento, a menudo está relacionado con factores emocionales.

Más allá de los episodios individuales y aislados de pirosis, experimentados en primera persona por la mayoría de los individuos, la aparición repetida de este síntoma tiende a asumir connotaciones patológicas. En la mayoría de los casos, de hecho, este síntoma es un signo de reflujo gastroesofágico, una afección caracterizada por un aumento anormal del contenido de ácido en el esófago. Las causas subyacentes de este reflujo pueden ser múltiples y superpuestas: la incontinencia del esfínter gastroesofágico, la hernia de hiato y las alteraciones del tono de los músculos esofágicos o gástricos representan los agentes causales más comunes.

Principales causas de la acidez estomacal.Factores agravantes potenciales
Reflujo gastroesofágico (con o sin hernia de hiato)

Espasmo esofágico, dilatación repentina y contracción espástica del esfínter esofágico inferior

esclerodermia

gastritis

Úlcera péptica

Neoplasias con deterioro secundario de la función del esfínter.

Medicamentos gastrolépticos (por ejemplo, AINE, como la aspirina y el ibuprofeno, algunos sedantes y algunos antihipertensivos)

Humo del cigarrillo

Café (mejor descafeinado) y otras bebidas con cafeína.

Bebidas carbonatadas o particularmente calientes.

Alimentos tales como cebollas, tomates, salsas agrias, frutas cítricas, chocolate, licores, menta y particularmente alimentos grasos o picantes.

Sobrepeso u obesidad.

Acuéstese o realice actividad física a poca distancia de una comida.

Estrés, depresión, ansiedad e hipocondría.

Aerofagia (típica de quienes comen comidas demasiado rápido o hablan mucho mientras comen).

embarazo

El diagnóstico de enfermedad de reflujo es predominantemente clínico. En general, el médico solo diagnostica ERGE después de excluir otras afecciones patológicas, como problemas cardíacos o hernia hiatal. Si estas pruebas son negativas y los síntomas persisten, se inicia el tratamiento con antiácidos. Si la respuesta del paciente a estos medicamentos es positiva, normalmente no son necesarias pruebas adicionales. Si los síntomas persisten o reaparecen al final de la terapia, se deben realizar investigaciones adicionales, utilizando investigaciones instrumentales como la esófago-gastroduodenoscopia, la pHmetry, la manometría esofágica y la biopsia (para determinar la ausencia de complicaciones, como la Esófago de barrett).

Algunos pacientes se quejan de acidez estomacal, incluso en ausencia de esofagitis y sin las 24 horas de monitorización del pH métrico evidencia de reflujo gastroesofágico; en estos casos hablamos de pirosis funcional y la identificación de las causas de origen puede ser particularmente difícil.

Tomar medicamentos antiácidos suele ser suficiente para resolver el síntoma de la pirosis. Para este propósito, se pueden usar antiácidos de banco comunes (bicarbonato de sodio, carbonato de calcio, hidróxido de aluminio o magnesio), antagonistas de los receptores de histamina H2, alginatos o los fármacos inhibidores de la bomba de protones más modernos. Fundamental, antes de cambiar a un tratamiento farmacológico o de añadirse a él, está la intervención preventiva de la pirosis a través de reglas conductuales y dietéticas (ver dieta y reflujo gastroesofágico).