diagnóstico de enfermedad

Hepatitis B: Diagnóstico y Tratamiento.

diagnóstico

Como muchos pacientes no desarrollan síntomas de relevancia clínica, el diagnóstico de hepatitis B se basa principalmente en los análisis de sangre. A través de estas pruebas buscaremos rastros biológicos del virus o la presencia de anticuerpos específicos contra el VHB.

complicaciones

Las complicaciones de la hepatitis B pueden desarrollarse en portadores crónicos muchos años (30-40) a partir de la infección. El riesgo es mayor cuanto antes haya ocurrido la infección.

Alrededor del 90% de los niños que han contraído la enfermedad al nacer y el 30% -50% de los que se infectan en los primeros 5 años de vida se convierten en portadores crónicos de VHB; por el contrario, solo el 5-10% de las personas que se infectan en la edad adulta desarrollan una infección crónica de larga duración después de un breve período inicial de infección aguda.

Tales complicaciones incluyen la cirrosis del hígado, el cáncer de hígado y la insuficiencia hepática.

La probabilidad de muerte por daño hepático producido en una etapa temprana (hepatitis fulminante) es de alrededor del uno por ciento.

Las personas con hepatitis B están más expuestas al riesgo de infección por la cepa viral HDV. Este virus solo puede replicarse si el virus responsable de la hepatitis B está presente al mismo tiempo; por consiguiente, no es posible contraer la hepatitis D en ausencia de una infección simultánea o preexistente del virus del VHB. La transmisión y los factores de riesgo son similares a los observados para la hepatitis B. La presencia simultánea de las dos cepas virales aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad hepática grave, como cirrosis o cáncer de hígado.

tratamiento

Para saber más: Medicamentos para el tratamiento de la hepatitis B.

Para la hepatitis B y sus posibles consecuencias no existe un tratamiento universal y verdaderamente efectivo. Entonces, lo mejor que se puede hacer es combatir la enfermedad a través de una prevención adecuada.

Si tiene conocimiento de que ha entrado accidentalmente en el virus, es esencial que llame a su médico de inmediato. Un tratamiento con inmunoglobulinas específicas dentro de las 24 horas posteriores a la infección, combinado con una vacunación con retiros posteriores, puede proteger al paciente del desarrollo de la infección.

Una vez que se contrae la hepatitis B, es esencial observar su progresión, a través del monitoreo cuidadoso de los síntomas de la lesión hepática. Si estos están ausentes, es probable que no se realice ninguna terapia. De lo contrario, el médico puede intervenir con medicamentos antivirales e inmunoestimulantes, que no siempre son eficaces para erradicar la infección.

Tras el diagnóstico de hepatitis B, el médico le recomendará algunos cambios en el estilo de vida. Estas simples precauciones ayudarán a preservar la función hepática tanto como sea posible:

  • evitar el alcohol; De hecho, el alcohol puede empeorar el curso de la enfermedad hepática y en algunos casos es el principal responsable.
  • Evite el uso de medicamentos que pueden causar daño hepático y consulte a su médico (incluso los medicamentos comunes de venta libre pueden ser peligrosos para la salud del hígado, como los analgésicos paracetamol).
  • Siga una dieta sobria y equilibrada caracterizada por un consumo reducido de grasas saturadas, alimentos fritos, alimentos refinados, calorías en exceso, café y chocolate, en favor del pescado, carnes blancas, granos enteros, frutas y verduras frescas. Su médico puede recomendar la suplementación con productos antioxidantes (selenio y N-acetilcisteína, precursor de aminoácidos del glutatión) o con medicamentos a base de hierbas desintoxicantes (alcachofa, cardo de leche, silimarina). Siempre se recomienda un suministro abundante de líquidos sin alcohol (agua, jugos de frutas centrifugados y sin azúcar).
  • En presencia de la hepatitis B, la actividad física regular puede ayudar, pero una consulta previa con su médico es muy importante.