deporte y salud

Dislocación del hombro

Articulación del hombro y dislocaciones.

El hombro es un área extremadamente complicada del cuerpo humano porque está formada por un total de 5 articulaciones. Entre estos, el principal se llama scapolomerale o glenomerale, ya que conecta la cabeza del húmero con la cavidad glenoidea de la escápula.

La combinación de estas cinco articulaciones, impulsada por numerosos grupos musculares (veintiseis músculos en total), hace que el hombro "la articulación" sea más móvil que nuestro cuerpo. Toda esta movilidad permite la ejecución de movimientos muy complejos pero disminuye la estabilidad de toda la región. Sin embargo, la articulación del hombro está protegida por numerosas estructuras anatómicas estabilizadoras dirigidas por los músculos y tendones que forman el manguito rotador.

En situaciones particulares, como un fuerte moretón, dicha protección no puede evitar que la cabeza del húmero se escape de su ubicación normal, sin que regrese de manera espontánea. En estos casos se habla de dislocación del hombro o dislocación glenomérica.

Esta articulación importante puede verse afectada por dos tipos diferentes de dislocaciones. El más frecuente (95% de los casos), especialmente en personas jóvenes y activas, es la luxación anterior en la que el húmero se desvía hacia adelante y hacia abajo, como se muestra en la figura.

La dislocación posterior es mucho menos frecuente y un poco más complicada de tratar.

LUXACIÓN

La dislocación o dislocación es un evento traumático que causa la pérdida de relaciones mutuas entre las cabezas articulares de una articulación. El deslizamiento cartilaginoso de las dos extremidades óseas está permitido por la ruptura, al menos parcialmente, de la cápsula y los ligamentos que estabilizan la articulación. Algunas veces estas lesiones están asociadas con cartílago articular, vasos, huesos, piel (dislocación expuesta) y nervios.

Las dislocaciones se dividen en completas e incompletas. En el primer caso hay una clara separación entre las dos superficies articulares, mientras que en el segundo las cabezas óseas permanecen parcialmente en contacto entre sí. En ambos casos, es necesaria una intervención externa para sacar las dos superficies de la articulación del sistema.

La dislocación del hombro puede causar la descomposición de numerosas estructuras anatómicas (ligamentos, huesos, piel, cartílago articular, músculos y cápsula). En particular, alrededor del 90% de las luxaciones anteriores se acompaña del desprendimiento del labio glenoideo, una especie de sello que permite que el húmero se deslice sobre la cavidad homónima de la escápula.

Después de la lesión, este labio cartilaginoso tiende a reposicionarse espontáneamente y a curarse, pero a veces toma una posición obsoleta que disminuye su funcionalidad. Esta afección, llamada lesión de Bankart, es una de las causas más comunes de dislocación recurrente y, por esta razón, especialmente en sujetos más jóvenes, a menudo se trata quirúrgicamente.

La dislocación también puede ir acompañada de la ruptura de la cabeza humeral que se empuja violentamente contra el borde anterior de la cavidad glenoidea (lesión de Hill Sachs). Esta fractura también aumenta el riesgo de dislocación recurrente, pero es más común en los ancianos que en los jóvenes.

Causas y factores de riesgo.

La dislocación del hombro es una lesión común en deportes de contacto como hockey, baloncesto, rugby, béisbol, esquí y lucha libre. Esta condición es más común en hombres que en mujeres (9: 1) y en personas jóvenes en comparación con personas mayores.

Los mecanismos dañinos son diferentes, pero todos se refieren a un fuerte evento traumático que causa que el humero se revele desde su sitio natural:

  • caer descansando sobre el brazo extra (cuando caes, tiendes a girar el brazo hacia afuera para crear un punto de apoyo sólido para proteger el resto del cuerpo)
  • Traumatismo fuerte en un brazo involuntario y aducto (dislocación posterior)
  • caer del lado del hombro
  • Movimiento brusco del brazo sobre la cabeza (lanzamiento de la pelota de béisbol).
  • violento tirón del brazo hacia atrás y hacia afuera por un oponente
  • Colisión violenta del hombro contra un obstáculo o un oponente.
  • Hipervariación congénita (predisposición natural a la inestabilidad) o adquirida (tras una dislocación previa)
  • Locura crónica del hombro debido al sobreentrenamiento (sobrecarga crónica de los músculos estabilizadores)

Los síntomas

  • Imposibilidad de movimiento.
  • El brazo permanece colgando, fuera de rotación y cerca del cuerpo (lesión anterior)
  • Dolor violento y molesto
  • El hombro, a la palpación, pierde la redondez característica.

diagnóstico

El diagnóstico de dislocación es a menudo bastante inmediato, ya que el daño articular es visible a simple vista o palpable. Sin embargo, para tener un cuadro clínico completo, es aconsejable someterse, antes del reposicionamiento, a pruebas de diagnóstico como radiografías e imágenes de resonancia magnética. Estas pruebas pueden resaltar cualquier complicación (fracturas óseas, lesiones vasculares, nervios, etc.). El examen radiográfico se repetirá después de la operación de reposicionamiento para verificar la alineación de la articulación. En caso de que desee resaltar correctamente una lesión posterior, es necesario utilizar técnicas radiográficas especiales.

Tratamiento y rehabilitación.

Al igual que todas las dislocaciones, incluso la dislocación del hombro necesita una intervención de reducción (reposicionamiento) oportuna. Esta maniobra solo debe ser realizada por un médico, generalmente después de una evaluación radiográfica. A menudo, esta cirugía se realiza bajo anestesia local para limitar el dolor.

Después de reposicionar el húmero en su posición fisiológica y realizar una segunda radiografía, el brazo queda inmovilizado por una abrazadera que lo mantendrá adherido al cuerpo durante al menos una o dos semanas (generalmente en rotación interna con el antebrazo adherido al cuerpo incluso si según algunos estudios recientes, la inmovilización en la rotación externa, aunque incómoda, sería más efectiva).

Especialmente en lesiones recurrentes, se recomienda iniciar ejercicios de movilización temprana asociados con un programa de fortalecimiento muscular posterior. En cambio, los atletas jóvenes tienden a prolongar la inmovilidad para promover la curación completa de las estructuras anatómicas dañadas. Sin embargo, incluso en estos casos es importante realizar regularmente ejercicios de movilización temprana de la muñeca, la mano y el codo.

Estadísticamente, las posibilidades de recaídas de luxaciones del hombro son mayores en pacientes menores de 30 años (alrededor del 80% de los casos). Por encima de esta edad, las posibilidades de dislocación futura disminuyen significativamente.

También por este motivo el tratamiento rehabilitador difiere según la edad del sujeto, la gravedad de la dislocación y la reincidencia de la patología. De hecho, es de fundamental importancia evitar nuevos episodios de dislocación ya que cada nueva dislocación aumenta considerablemente el riesgo de dañar estructuras anatómicas importantes. Por este motivo, la cirugía se vuelve casi obligatoria en caso de frecuentes luxaciones.

Una dislocación desatendida puede causar, con el paso del tiempo, los fenómenos degenerativos del cartílago articular o comprometer seriamente la funcionalidad del hombro (dolor, déficit de fuerza, alteraciones de la sensibilidad).

Por este motivo, y para contrarrestar el riesgo de nuevos episodios de luxación en atletas jóvenes, a menudo procedemos con un reposicionamiento en la artroscopia del labio glenoideo y los ligamentos de las articulaciones. Los resultados de la intervención suelen ser muy buenos, dado que aproximadamente el 95% de los pacientes reanudan las actividades deportivas diarias normales sin sufrir nuevas dislocaciones. La efectividad de esta intervención puede compararse con la de la técnica abierta tradicional, que reduce aún más el riesgo de recurrencia pero es más bien invasiva. Los tiempos de curación después de la cirugía son en promedio entre 45 y 180 días, mientras que para un tratamiento conservador, se pueden realizar actividades físicas ligeras de 2 a 4 semanas después de la lesión.

Profundizar: Las dislocaciones.

Hombro congelado