salud dental

Cetilpiridina y salud bucal.

La cetilpiridina (CPC) es un compuesto químico con propiedades antisépticas, mejor conocido como cloruro de cetilpiridinio (cloruro de cetilpiridinio INCI). Debido a sus características químicas y funcionales, el CPC es un desinfectante catiónico que pertenece al grupo de las sales de amonio cuaternario.

En los Estados Unidos, la cetilpiridina se utilizó como un enjuague bucal antiplaca a partir de 1940. Este ingrediente activo demostró ser eficaz en la desinfección de la cavidad oral y en la prevención de caries y gingivitis, gracias a su actividad bactericida hacia un amplio espectro de bacterias del cordón. Orales, especialmente las grampositivas. Por el mismo motivo, la cetilpiridina también es útil en caso de problemas de halitosis de origen oral.

El cloruro de cetilpiridinio actúa uniéndose a la pared bacteriana y causando su lisis, lo que provoca que los componentes celulares se escapen con alteraciones metabólicas hasta la muerte del microbio. La capacidad de unirse a las membranas celulares bacterianas depende de la superficie catiónica (con carga positiva) del CPC; por lo tanto, en la formulación de productos que contienen cetilpiridina es necesario respetar esta característica para hacerla estable. Algunos detergentes aniónicos, ampliamente utilizados en la formulación de pastas de dientes, como el lauril-sulfato de sodio (SLS), interactúan con el CPC al inactivar su carga positiva y limitar su actividad antiséptica en consecuencia. Por esta razón, algunos autores recomiendan esperar al menos 30 minutos entre el cepillado dental con pasta dental y el uso de un enjuague bucal con cetilpiridina.

Recientemente, el uso de cetilpiridina está encontrando algo de espacio en productos medicados para la higiene oral, en asociación con la clorhexidina (CHX). Esta combinación reduciría la cantidad de clorhexidina necesaria para producir el efecto antibacteriano deseado, limitando así también los efectos secundarios de esta última en términos de decoloración dental.

El cloruro de cetilpiridinio se utiliza en concentraciones entre el 0, 03% y el 0, 1%. A concentraciones terapéuticas no tiene efectos tóxicos. Entre los efectos no deseados, se han descrito pigmentaciones dentales y, en casos esporádicos, irritación local con sensación de quemazón en la cavidad oral. Sin embargo, parece que el riesgo de manchas dentales es considerablemente menor que el uso de clorhexidina.

La cetilpiridina también está presente en los desinfectantes de manos, en productos medicinales para la higiene íntima, en desodorantes y en productos farmacéuticos (por ejemplo, tabletas para el dolor de garganta o productos para el acné).