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Úlceras de decúbito - Causas y síntomas

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definición

Las úlceras de decúbito son lesiones con evolución necrótica que aparecen en aquellos que tienen movilidad o están forzados a la inmovilización prolongada en la cama, especialmente cuando sus condiciones generales son deficientes.

Las úlceras se forman en las partes del cuerpo sometidas persistentemente a una presión, una condición que causa una especie de impedimento a la circulación normal de la sangre local, con una alteración progresiva de la piel y los tejidos subyacentes. En las primeras etapas, la piel intacta se enrojece y es dolorosa (eritema fijo que no desaparece en la digitación-compresión); Otros signos que indican la aparición inminente de la escarola pueden ser hinchazón, decoloración o calor en el área afectada.

Más tarde, aparece una vejiga o herida de espesor parcial, que afecta a la epidermis y / o la dermis. Finalmente, la lesión se desgarra y, por lo tanto, se vuelve gradualmente más profunda, incluso afectando los músculos y huesos subyacentes.

La aparición de úlceras por presión es más probable en pacientes con enfermedades graves o cognitivas, desnutridas, paralizadas o que viven en cama a largo plazo. Uno de los factores predisponentes más importantes es la inmovilidad, debido a la motilidad espontánea reducida (por ejemplo, debido a la sedación o el derrame cerebral) o la dificultad de variar frecuentemente la posición debido a una debilidad severa.

Otras afecciones que pueden favorecer la aparición de úlceras de decúbito incluyen el roce continuo de la piel contra la ropa o las sábanas ásperas (esta tensión mecánica tiende a desepitelizar el área) y la maceración debido a la sudoración abundante o la pérdida de orina o heces.

Entre los factores predisponentes se encuentran la desnutrición, los trastornos psíquicos, las infecciones sistémicas y algunas enfermedades que afectan la circulación sanguínea, como la diabetes, la arteriopatía crónica y la insuficiencia venosa.

Las áreas más expuestas al desarrollo de las escaras son las adyacentes a una proyección ósea y, con mayor frecuencia, son la parte inferior de la espalda, las caderas, las nalgas, los talones y los tobillos.

Una vez que ha surgido, las úlceras por presión deben tratarse con especial cuidado, eligiendo productos capaces de facilitar su reparación.

La prevención es posible evitando que el paciente se mantenga en la misma posición durante mucho tiempo (para este propósito, los colchones y otros dispositivos antiescaras son muy útiles), cuidando la higiene general y local de manera escrupulosa. Los materiales a prueba de agua, como el caucho, que no permiten evitar la transpiración, y las láminas deben ser suaves y bien colocadas.

Para contrarrestar la formación de llagas, es bueno cambiar al menos cada dos horas la posición del paciente, mantener la piel limpia y seca y asegurar una dieta saludable y equilibrada.

Posibles causas * de las escaras

  • anemia
  • diabetes
  • golpe
  • obesidad
  • osteomielitis
  • Esclerosis múltiple
  • Tumores de la medula espinal