psicología

Musicoterapia

generalidad

La musicoterapia es una disciplina basada en el uso de la música como herramienta educativa, de rehabilitación o terapéutica.

Desde hace tiempo se sabe que escuchar y tocar sonidos y melodías pueden actuar sobre los estados de ánimo y las emociones, en virtud de sus propiedades relajantes o estimulantes. Sin embargo, más recientemente, el interés científico se ha centrado en la posibilidad de explotar esta práctica como una terapia complementaria, en diversas condiciones patológicas y parafisiológicas.

La musicoterapia puede mejorar la salud de los pacientes en diferentes niveles, facilitando el logro de los objetivos del tratamiento. La experiencia musical puede influir, de hecho, en muchas áreas, como las funciones cognitivas, las habilidades motoras, el desarrollo emocional, las habilidades sociales y la calidad de vida.

La musicoterapia se puede aplicar al embarazo, la enseñanza o la terapia en salas de oncología, paliativa y medicina geriátrica. Según el caso, los métodos de aproximación de esta disciplina son diferentes y pueden incluir, por ejemplo, escuchar piezas, tocar con instrumentos, improvisar, cantar, bailar o moverse.

En las instalaciones escolares, la musicoterapia se utiliza generalmente con fines psicopedagógicos, ya que puede contribuir a la organización de una personalidad madura y equilibrada.

Papel de la música en la medicina.

La relación entre la música y el cuerpo ha sido objeto de interés desde la antigüedad y, con el desarrollo de la medicina moderna, intentamos profundizar el potencial curativo de la escucha o la producción de melodías, utilizando medios cada vez más refinados (neurociencia).

Con el tiempo, los efectos beneficiosos de la música se han estudiado y confirmado, tanto en las funciones cognitivas como en las fisiológicas del hombre; Uno de los objetivos de estas investigaciones fue indicar qué enfermedades podrían beneficiarse de la experiencia musical.

Hoy en día, se sabe que la disciplina puede asociarse exitosamente con terapias psiquiátricas : escuchar y cantar puede reducir, por ejemplo, los síntomas de la esquizofrenia y controlar los estados de agitación asociados con las demencias, mejorando la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares.

Algunos resultados científicos indican que la musicoterapia puede ayudar a los niños con trastornos del espectro autista, mejorando sus habilidades en la interacción social, en la comunicación verbal y en el inicio de conductas específicas.

La musicoterapia también puede ser útil en enfermedades que causan condiciones de marginación (p. Ej., Afasia, amnesia, etc.), permitiendo que el paciente exprese y comunique emociones, sentimientos y estados de ánimo a través del lenguaje no verbal. Además, la música se puede utilizar como una herramienta para facilitar el movimiento neurológico y la rehabilitación después de un ataque cerebral .

Otros estudios han registrado los efectos beneficiosos de la terapia musical en los niveles de ansiedad de los pacientes con enfermedades cardíacas y pulmonares graves.

Finalmente, la música ha demostrado ser efectiva para aliviar la ansiedad y la percepción del dolor, incluso en condiciones complejas, como en pacientes en espera de procedimientos médicos o cirugía.

Que es la musicoterapia

La musicoterapia ha alcanzado una posición destacada en el contexto de las intervenciones psicológicas desde los años sesenta.

Esta disciplina implica el uso de música, sonido, ritmo y movimiento para facilitar y facilitar el logro de varios objetivos, como la enseñanza, la rehabilitación o el manejo de la condición patológica.

La musicoterapia se realiza con la contribución de un musicoterapeuta calificado, que está dirigido a un solo usuario o un grupo de personas para planificar intervenciones útiles para desarrollar o mantener habilidades cognitivas, emocionales, sociales o físicas (como la coordinación motora).

Específicamente, para emprender un viaje terapéutico con los pacientes, estos operadores deben tener habilidades psicológicas y médicas, así como tener experiencia en el campo de la música.

Los métodos de acercamiento del musicoterapeuta pueden ser básicamente de dos tipos:

  • Musicoterapia activa (reproducción): la interacción entre el musicoterapeuta y el paciente se lleva a cabo mediante la producción directa de sonidos mediante voz, instrumentos musicales u objetos simples;
  • Musicoterapia receptiva (escuchar): basada en escuchar música; Al paciente se le atribuye cierta actividad en la percepción, en la imaginación y en la elaboración de las melodías propuestas.

Relación cuerpo-musica

Los resultados de la investigación científica dirigida a comprender en qué mecanismos fisiológicos interviene la música, han establecido que esto puede influir en el eje hipotalámico-hipofisario y el sistema nervioso autónomo (el mismo que controla otras funciones involuntarias como la digestión y el latido del corazón). cardiaco). Al actuar a tales niveles, el sonido podría modular una serie de respuestas metabólicas .

El bienestar mental que se experimenta mientras se escucha una pieza musical, por ejemplo, se debe a la capacidad de la melodía para activar las redes neuronales relacionadas con el placer en el cerebro: las notas desencadenan la producción de endorfinas, que mejoran el estado de ánimo y condicionan la actividad. la relajación.

Los descubrimientos más recientes han mostrado un papel positivo de la música en la recuperación metabólica del estrés, en la motilidad gástrica e intestinal y en la reducción del nivel de ansiedad, con un efecto protector del sistema cardiovascular. En algunos casos, los estudios científicos ya han revelado ventajas en el útero, es decir, desde el período prenatal.

Luego, a lo largo de los años, se han demostrado los efectos beneficiosos sobre la actividad física : escuchar música durante el entrenamiento ayudaría a aumentar la velocidad del ejercicio y la resistencia al esfuerzo, mejorando el rendimiento deportivo. Esto es posible gracias a la estimulación de la región cerebral responsable de la planificación y ejecución de movimientos.

Más allá del rendimiento deportivo, la investigación científica muestra que escuchar música durante el ejercicio puede ayudar a la coordinación del cuerpo y las habilidades motoras.

Campos de aplicación

En cuanto a la terapia y la rehabilitación, las áreas de intervención de la musicoterapia se refieren principalmente a la neurología y la psiquiatría, con especial referencia a:

  • Autismo infantil;
  • Síndrome de Tourette;
  • Retraso mental
  • Discapacidades motoras;
  • Enfermedad de Alzheimer y otras demencias;
  • Enfermedad de Parkinson;
  • accidente cerebrovascular;
  • Amnesie;
  • Afasia y trastornos del habla similares;
  • psicosis;
  • Trastornos del humor;
  • Estados depresivos;
  • Trastorno bipolar;
  • Trastornos somatomorfos (como síndromes de dolor crónico);
  • Trastornos alimentarios (anorexia nerviosa).

Entre los principales objetivos a perseguir con la musicoterapia se encuentran:

  • Estimular la comunicación y permitir que el paciente exprese libremente sus emociones;
  • Mejorar los trastornos del comportamiento que son difíciles de controlar (como la agresión, el aislamiento o la ira);
  • Reducir el uso de psicotrópicos;
  • Mantener o estimular habilidades residuales, mejorando la calidad de vida.

La musicoterapia en la infancia.

Durante la infancia, la música puede influir en el desarrollo cognitivo, lingüístico, emocional y social del niño, ya que estimula ciertas áreas del cerebro.

Aprender a tocar un instrumento puede facilitar el aprendizaje, mejorar la atención, contribuir al control de las emociones y la expresión de la creatividad.

Durante la infancia, las actividades musicales se vuelven más hábiles para leer y reconocer palabras porque, al tocar con las dos manos, se activan las cortezas visuales de ambos hemisferios cerebrales. Escuchar también ofrece ventajas, ya que el ritmo y las melodías pueden tener efectos positivos en la concentración.

Por estas razones, la musicoterapia encuentra una aplicación útil en el tratamiento de la dislexia : en muchos casos, los niños involucrados en tocar un instrumento han demostrado una mejora en la corrección de la lectura y la escritura y en las pruebas de segmentación y fusión fonética.

Sin embargo, en niños con síndrome de Down, la musicoterapia puede asociarse con técnicas psicomotoras y de terapia del habla. Este enfoque permite mejorar el conocimiento del cuerpo, el desarrollo de la percepción y la organización temporal, la coordinación motora y la verbalización.

En los niños, la intervención de la musicoterapia también puede ser útil en el manejo del autismo, una patología caracterizada por un deterioro cualitativo de la interacción social, que es evidente a través del comportamiento anormal no verbal, la incapacidad de desarrollar relaciones con los compañeros adecuadas al nivel de desarrollo, y la falta de reciprocidad emocional. En estos pacientes, la experiencia musical debe tener el objetivo de desarrollar técnicas de comunicación, estimular la empatía y fortalecer la expresión de las emociones. La musicoterapia permite, por lo tanto, que el mundo externo entre en comunicación con el niño autista, favoreciendo el inicio de un proceso de apertura.