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Helicobacter pylori - Derrota con remedios naturales

generalidad

Helicobacter pylori es una bacteria patógena que encuentra su hábitat ideal en el moco que cubre las paredes internas del estómago humano. Se estima que la infección afecta a más del 50% de la población mundial, aunque solo en algunos casos es sintomática; como una indicación, aproximadamente el 10-20% de los individuos afectados desarrollarán formas de gastritis y úlceras pépticas asociadas con la infección.

Gastritis de severidad variable de leve a severa y úlcera péptica son las complicaciones más comunes, reportadas por síntomas como trastornos digestivos, acidez y dolores de estómago, incluso violentos, después de las comidas. Además, la infección crónica aumenta el riesgo de desarrollar tumores estomacales (MALTOMA gástrico y carcinoma gástrico).

Actualmente, la terapia de referencia para erradicar la infección por Helicobacter pylori se basa en el uso conjunto, durante una o dos semanas, de dos o más antibióticos (como amoxicilina y claritromicina) y un medicamento capaz de reducir la acidez gástrica. (Inhibidores de la bomba de protones, como lansoprazol y omeprazol), según diferentes patrones terapéuticos.

Aunque es efectiva, esta terapia tiene algunas implicaciones negativas, como el efecto favorable en el desarrollo de la resistencia a los antibióticos (que ya es problemática hoy en día), el costo de la terapia y los efectos secundarios relacionados con los ingredientes activos individuales.

A la espera de una vacuna eficaz, se han estudiado diferentes enfoques naturales, basados ​​en el uso de extractos de hierbas, probióticos y nutracéuticos.

Incluso si un camino de cura natural apenas garantiza la erradicación completa del patógeno, puede ayudar a mantenerlo bajo control, evitando el desarrollo de complicaciones.

Plantas, alimentos y especias

Algunas plantas pueden producir sustancias antibacterianas, también activas contra Helicobacter pylori . Desafortunadamente, a pesar de las potentes actividades antibióticas informadas en estudios in vitro, estos remedios naturales a menudo resultan ser poco efectivos para combatir la paliza cuando se administran a voluntarios humanos. Este es el caso, por ejemplo, del ajo, cuya actividad antibiótica contra Helicobacter pylori, subrayada por muchos estudios in vitro, ha sido negada in vivo por varios estudios clínicos.

Si la utilidad del ajo parece bastante pobre, la del brócoli se aprovecha de una confirmación científica tímida, tanto in vivo como en modelos animales. Parece que el consumo de brócoli reduce la infección, pero sin lograr erradicarla; Además de un mecanismo bacteriostático directo, también se plantea la hipótesis de un efecto protector de la verdura en la mucosa gástrica. La actividad antibacteriana se debería a los isotiocianatos, en particular el sulforafano, que ya se ha estudiado exhaustivamente por su utilidad potencial en oncología.

También las catequinas del té verde han demostrado una importante actividad bacteriostática y bactericida contra Helicobacter pylori, tanto in vivo como in vitro. El galato de epigalocatequina parece ser, en este sentido, la sustancia más activa.

Además del té verde, se han estudiado otros polifenoles, como el resveratrol de vino tinto, por su potencial utilidad en el tratamiento de infecciones; más generalmente, los estudios indican que los alimentos ricos en polifenoles (té, uvas negras, bayas, chocolate extra oscuro, etc.) pueden ayudar a mantener la infección bajo control y limitar algunos síntomas relacionados.

También se obtuvieron resultados alentadores mediante el estudio de los efectos anti-helicobacter de los extractos de regaliz con un alto contenido de flavonoides en modelos animales, aunque los ensayos clínicos son sin duda necesarios para evaluar el alcance real de estos efectos en los seres humanos.

Los productos de la colmena, que incluyen miel y propóleos, son conocidos por el público en general por sus actividades antibacterianas, también estudiados contra Helicobacter pylori. Los resultados obtenidos hasta ahora parecen atribuir a estos productos una eficacia bastante modesta, incluso si su uso regular podría ayudar a mantener la infección bajo control.

Los probióticos

Se han realizado numerosos estudios para evaluar la utilidad de los probióticos, como apoyo para el tratamiento farmacológico tradicional y como tratamiento alternativo.

Varias cepas pertenecientes a los géneros Bifidobacterium y Lactobacillus, comúnmente incluidas en suplementos y alimentos fermentados, exhiben cierta actividad anti-Helicobacter, actuando esencialmente como antagonistas para la replicación de la bacteria (por secreción de bacteriocinas, reducción de la capacidad de adhesión, etc.). ).

Los estudios in vivo parecen confirmar esta utilidad, con varios estudios clínicos que indican resultados positivos en términos de reducción de la colonización bacteriana y mejoría de la gastritis asociada con la infección. El tratamiento con probióticos también parece útil en una clave preventiva, para reducir el riesgo de complicaciones, y como apoyo a la terapia farmacológica clásica, para reducir los efectos secundarios asociados con los antibióticos.

Las algas

La utilidad de las algas en el tratamiento de las infecciones por Helicobacter pylori se deriva de su alto contenido en polisacáridos; estos nutrientes reducen la capacidad de adhesión de Helicobacter pylori a las paredes gástricas, mediada por la interacción con lípidos y carbohidratos específicos de la membrana celular de las células epiteliales.

La acción antiadhesiva de algas como Spirulina y Chlorella se ha demostrado en estudios in vitro e in vivo; esta acción puede ser útil como profilaxis preventiva y secundaria (para reducir las posibilidades de reinfección después del tratamiento farmacológico)

Advertencias y recomendaciones

El uso de remedios naturales para el tratamiento de las infecciones por helicobacter pylori, dada la muy baja probabilidad de obtener una erradicación completa, debe acordarse previamente con su médico; Si algunos de estos remedios pueden ser de alguna utilidad en los casos menos graves, en presencia de síntomas o complicaciones graves, no es aconsejable abandonar espontáneamente el tratamiento farmacológico tradicional para emprender un camino de cura natural.