traumatología

Síntomas de luxación

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definición

Una dislocación es la pérdida de relaciones entre las dos extremidades óseas de una articulación.

En el hombro, por ejemplo, hay un desplazamiento del húmero con respecto a la escápula (articulación glenohumeral) o entre la escápula y la clavícula (articulación acromion-clavicular).

A nivel cartilaginoso, el movimiento de las cabezas óseas está permitido por la ruptura, al menos parcialmente, de la cápsula y los ligamentos que estabilizan la articulación.

Las dislocaciones pueden ocurrir después de un evento traumático (por ejemplo, caídas o accidentes de tráfico) o un forzamiento exagerado de movimientos (es decir, cuando la articulación excede el límite de movilidad normal) durante la actividad física. En la base de estas lesiones también puede haber patologías degenerativas (p. Ej., Poliartritis reumatoide), tumores, contracturas musculares o parálisis de grupos musculares.

La dislocación también puede depender de una malformación congénita de las extremidades óseas.

Síntomas y signos más comunes *

  • Dolores en las articulaciones
  • hematomas
  • edema
  • hemartrosis
  • Fracturas de hueso
  • Hinchazón de las articulaciones
  • hipoestesia
  • parestesia
  • Vertido articular

Direcciones adicionales

La dislocación se llama completa si la separación de una de las superficies articulares en relación con la otra es total; cuando el contacto parcial permanece entre las cabezas óseas, por otra parte, hablamos de dislocación incompleta o subluxación. Además del hombro, este tipo de lesión afecta más frecuentemente al codo, la rodilla y la cadera.

La dislocación se manifiesta por un dolor muy fuerte en el momento del trauma, que aumenta con cualquier intento de movimiento y palpación. Si los haces nerviosos se comprimen o estiran después del evento desencadenante, esta sensación puede irradiar. Además, la dislocación es evidente debido a la deformidad del perfil articular, debido al desplazamiento de las dos cabezas óseas y al derramamiento de sangre.

Otros síntomas incluyen hinchazón, moretones y entumecimiento.

En caso de dislocación, es necesario que un médico lo visite de inmediato, ya que las complicaciones pueden ocurrir en las estructuras vasculares y nerviosas. A veces, la ejecución de una radiografía o una resonancia magnética se puede indicar para excluir la presencia simultánea de fracturas de las terminaciones óseas o desgarros de los tendones.

Mientras tanto, es bueno mantener la extremidad lesionada arriba e inmovilizar la articulación, para evitar la acumulación de sangre. Además, para limitar el hematoma, puede ser útil aplicar una compresa fría o aplicar un vendaje no rígido para reducir el presente componente inflamatorio.

Cuando ocurre la dislocación, es necesario volver a colocar las dos superficies articulares en su lugar: esta maniobra, llamada reducción, debe ser realizada rigurosamente por personal experto que, con los movimientos apropiados, devolverá las cabezas óseas a la posición correcta. Como regla general, la intensidad del dolor mejora después de este procedimiento, pero el médico puede indicar el uso de analgésicos o relajantes musculares para permitir una posible curación de las estructuras dañadas. Una vez resuelta la dislocación, es aconsejable evitar esfuerzos durante al menos dos semanas.

Para la movilidad y la función articular, el fortalecimiento de los músculos mediante el ejercicio y la fisioterapia puede ser útil. Sin embargo, en el caso de persistencia de la inestabilidad de la articulación, debe considerarse la posibilidad de someterse a una cirugía.