El trastorno de hiperactividad con déficit de atención ( TDAH ) es un trastorno neuropsicológico típico de los niños, que causa episodios claros y frecuentes de falta de atención (o disminución de la concentración), hiperactividad y / o impulsividad .
Después de años de estudio, los expertos en salud mental han notado que hay al menos tres variantes de ADHD : desatento, hiperactivo-impulsivo y combinado .
En la variante desatenta, las habilidades de atención y concentración están casi exclusivamente comprometidas; en la variante hiperactiva-impulsiva, dominan los aspectos de hiperactividad e impulsividad; finalmente, en la variante combinada, los problemas son atribuibles tanto a la variante inactiva como a la hiperactiva-impulsiva.
En general, los pacientes con la variante inactiva del TDAH se distinguen porque:
- No pueden tener cuidado y distraerse fácilmente.
- No pueden prestar atención a los detalles y cometer errores frecuentes de distracción (especialmente en la escuela).
- En algunas situaciones, parece que no escuchan a quienes les hablan.
- Olvidan fácilmente las cosas y lo que hicieron.
- No siguen las instrucciones que se les han dado y casi nunca logran completar a tiempo (o por tiempo) las tareas en clase, las tareas diarias y los deberes del trabajo (NB: incluso los adultos pueden sufrir ADHD).
- Pierden lo que necesitan en un entorno escolar / laboral (bolígrafos, libros, cuadernos, herramientas, etc.) y en sus actividades extracurriculares (juguetes, etc.).
- Tienen dificultades organizativas.
- Luchan por iniciar cualquier actividad que requiera atención, concentración y una cierta dedicación. Pueden parecer perezosos, incluso si ese no es el problema.
- Pasan repentina y continuamente de una actividad a otra y otra, sin ninguna razón.
Además, muy a menudo también denotan las siguientes debilidades:
- Dificultad para temer a los cambios;
- Problemas de puntualidad;
- Miedo a expresar los sentimientos propios;
- Incapacidad para relajarse;
- La depresión.