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Síntomas de congelación

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definición

La congelación es un daño tisular causado por la exposición prolongada al frío extremo. Las etapas iniciales del fenómeno son superficiales y no causan lesiones permanentes. Sin embargo, la congelación severa requiere atención médica, ya que causa la destrucción de los tejidos de la piel y los vasos sanguíneos subyacentes. Si el flujo de sangre no se puede restaurar, se priva a las células de oxígeno, lo que eventualmente lleva a la muerte de los tejidos (gangrena).

La congelación no es un problema común, pero algunas personas que practican deportes de invierno a gran altura o aquellas que trabajan en condiciones climáticas extremas durante mucho tiempo (marineros y rescatistas) son más susceptibles. En estos contextos, los mismos factores que pueden provocar la congelación (temperaturas frías, ropa inadecuada, ropa mojada, viento helado, etc.) pueden contribuir a la hipotermia sistémica (o congelación), que produce efectos en todo el organismo.

Síntomas y signos más comunes *

  • burbujas
  • Brazos hinchados
  • cianosis
  • coma
  • hematomas
  • edema
  • eritema
  • escara
  • ampollas
  • Hormigueo en las piernas
  • hiperhidrosis
  • hipoxia
  • hipotermia
  • letargo
  • palidez
  • parestesia
  • picazón
  • ampollas

Direcciones adicionales

Las partes más distales de las extremidades (dedos y dedos de los pies) y la piel expuesta (como la nariz y los lóbulos de la oreja) son las regiones más susceptibles a la congelación.

Los síntomas del inicio de la congelación incluyen entumecimiento, hormigueo, picazón, ardor y dolor en el área afectada. La piel se vuelve fría y pálida para la vasoconstricción local. Si la exposición al frío continúa, la congelación se extiende a la epidermis y la dermis; La piel se vuelve blanca azulada, desprovista de sensibilidad y comienza a endurecerse al tacto.

La misma área afectada se vuelve de color rojo brillante, se inflama, pica y duele cuando se calienta. Después de 1-2 días, pueden aparecer ampollas o ampollas; Si estas lesiones de la piel contienen material claro y seroso, se sospecha un daño superficial, mientras que el contenido de sangre indica la participación de las capas más profundas. La intervención médica en estas primeras etapas es necesaria para garantizar que no se produzcan consecuencias permanentes: la recuperación completa es posible con la rápida transferencia del paciente a un lugar cálido y con medidas de primeros auxilios.

La congelación de tejidos profundos, por otro lado, implica daño a los músculos, tendones, vasos sanguíneos y nervios. De hecho, se establece un proceso inflamatorio que compromete temporalmente la funcionalidad del área involucrada (los tejidos congelados comienzan a necrotizarse). Durante el calentamiento, las burbujas se llenan de sangre y se convierten en gruesas costras de color púrpura-negro, mientras que el daño a las terminaciones nerviosas puede causar una pérdida permanente de sensación.

Las peores consecuencias se producen en los tejidos que se congelan, descongelan y vuelven a congelar. Un tejido gravemente dañado puede desarrollar gangrena y entrar en autoamputación.

El tratamiento consiste en calentar con baños de agua caliente del grifo (de 40 a 42 ° C) y el uso de medicamentos locales (analgésicos). Es importante recordar que frotar en un intento de calentar el área afectada puede causar más lesiones: la fricción destruye la piel ya dañada, así como el riesgo de infección.

El desbridamiento y la amputación quirúrgica para extirpar tejido necrótico son generalmente intervenciones tardías, con excepciones para signos de infecciones o gangrena gaseosa. Una serie de síntomas neuropáticos a largo plazo pueden seguir a la congelación: hipersensibilidad al frío, hiperhidrosis, dolor persistente, crecimiento defectuoso de las uñas y parestesia.