En el adulto, la aparición repentina de estrabismo se observa con mayor frecuencia en la paresia de los músculos oculomotores ( estrabismo paralítico ), una posible consecuencia de traumas craneales, vasculopatías, enfermedades infecciosas, diabetes y enfermedades degenerativas del sistema nervioso central. En presencia de esta condición, se pierde la capacidad de mover los dos ojos de la misma manera y al mismo tiempo. El síntoma principal con el que se manifiesta el estrabismo paralítico es la visión doble, a menudo acompañada de vértigo, dificultad en la orientación y tendencia a inclinar la cabeza en dirección opuesta a la desviación.
Además, en la edad adulta puede ocurrir un estrabismo latente, es decir, que persiste desde la infancia y se manifiesta solo bajo ciertas condiciones. A diferencia del estrabismo paralítico, no hay diplopía, pero los síntomas asociados con el esfuerzo pueden asociarse para mantener la fusión de las imágenes visuales, que incluyen dolor de cabeza, fatiga visual, ardor, fotofobia y fruncir el ceño.
