salud del sistema nervioso

Síntomas de la demencia vascular

Artículos relacionados: Demencia vascular.

definición

La demencia vascular es una forma de deterioro de las capacidades intelectuales, causada por una alteración de la circulación sanguínea cerebral (difusa o focal). Dicha alteración provoca una degeneración de las células nerviosas presentes en el área del cerebro afectada, y puede depender de pequeños infartos isquémicos, hemorragias cerebrales o aterosclerosis.

Es probable que la pérdida neuronal o axonal provoque un deterioro de las funciones cognitivas.

La demencia vascular es la segunda causa más frecuente de demencia en la población anciana. En general, los hombres tienden a verse más afectados que las mujeres, especialmente después de los 70 años de edad.

Los factores de riesgo vascular, como la presencia de diabetes, hipertensión, niveles altos de colesterol en la sangre, enfermedades cardíacas pasadas (en particular infarto de miocardio y fibrilación auricular) y hábitos de fumar, contribuyen al inicio de trastorno.

Síntomas y signos más comunes *

  • abulia
  • afasia
  • agresividad
  • agnosia
  • alucinaciones
  • anhedonia
  • anorexia
  • apatía
  • apraxia
  • ataxia
  • caquexia
  • coma
  • confabulación
  • Delirio
  • depresión
  • Dificultad de aprendizaje
  • Dificultad de concentración.
  • Dificultad de lenguaje
  • disartria
  • disfagia
  • Disfunciones de la vejiga
  • Desorientación temporal y espacial.
  • Trastornos del humor
  • ecolalia
  • hemiplejía
  • Incontinencia fecal
  • inanición
  • insomnio
  • desnutrición
  • Aislamiento social
  • letargo
  • marasma
  • Pérdida de memoria
  • Pérdida de coordinación de movimientos.
  • Pérdida de equilibrio
  • Perdida de peso
  • Perdida de recuerdos
  • Estado confusional

Direcciones adicionales

La sintomatología es similar a la de otras formas de demencia; sin embargo, el daño isquémico por micro-accidentes cerebrovasculares repetidos o aterosclerosis difusa puede correlacionarse con una disminución en el estado cognitivo discontinuo o lento y progresivo (nota: una recuperación moderada puede seguir a cada episodio).

Los síntomas dependen del área específica del cerebro afectada por compromiso vascular y pueden incluir manifestaciones cognitivas / conductuales y trastornos motores de naturaleza y gravedad variables.

Al comienzo, el deterioro cognitivo se manifiesta con dificultad en la concentración y la distracción fácil, la confusión mental y la pérdida de memoria a corto plazo; El aprendizaje y la capacidad de adquirir nueva información se convierten en tareas difíciles. Se desarrollan problemas de lenguaje (especialmente en la búsqueda de palabras), inestabilidad del estado de ánimo y cambios de personalidad. La autonomía funcional puede verse limitada por la agnosia (capacidad reducida para identificar objetos) y la apraxia (menor capacidad para realizar tareas motoras aprendidas previamente), a pesar de la integridad de las funciones sensoriales y motoras. Los sujetos pueden volverse ansiosos, irascibles, hostiles y físicamente agresivos, o pueden volverse más pasivos, con depresión o abandono general de las relaciones sociales.

A medida que progresa la demencia vascular, a menudo se desarrollan trastornos motores y otros déficits neurológicos focales, como anomalías de la marcha, debilidad de las extremidades, hemiplejia, aumento de la micción o problemas para controlar el estímulo.

Los pacientes pierden el sentido del tiempo y el espacio; además, aumenta el riesgo de caídas o accidentes debido a un estado de confusión. Las alteraciones sensoriales o perceptivas pueden culminar en psicosis con alucinaciones y delirios paranoicos. El sueño es a menudo desorganizado.

En etapas tardías, los pacientes con demencia vascular están en riesgo de malnutrición, neumonía (especialmente debido a la aspiración) y úlceras por presión, ya que no pueden caminar, alimentarse ni realizar ninguna otra actividad de la vida diaria. En la fase terminal, el coma y la muerte ocurren, generalmente como complicaciones de infecciones graves.

El diagnóstico es similar al de otras demencias e incluye una serie de pruebas clínicas e instrumentales, como análisis de sangre y líquido cefalorraquídeo y exámenes neurorradiológicos con resonancia magnética o tomografía computarizada.

Actualmente, no hay un tratamiento específico disponible para contrarrestar la demencia vascular después de que se haya establecido. Sin embargo, la progresión de la enfermedad se puede retardar mediante el control de la presión arterial, la terapia hipocolesterolémica, la regulación del azúcar en la sangre y la abstención de fumar. Además, las terapias adyuvantes para la depresión y los trastornos del sueño pueden ser útiles.