salud de la piel

Los queloides - diagnóstico, tratamiento y prevención

introducción

Los queloides son heridas de cicatrices anormales y anormales que se forman en la piel como resultado de traumas, abrasiones, heridas, quemaduras o perforaciones. Lo que los distingue de las cicatrices hipertróficas clásicas es la extensión e irreversibilidad de la lesión: los queloides, de hecho, crecen exageradamente a partir de la herida, extendiéndose incluso en las áreas circundantes sin retroceder espontáneamente. Aunque el queloide en sí no constituye una lesión maligna, muchos pacientes recurren a una intervención específica (por ejemplo, láser, crioterapia, inyecciones de cortisona) porque el daño creado es objetivamente antiestético. Considerados, entonces, que también pueden crecer en la cara, los queloides son a menudo una fuente de vergüenza y malestar para el portador desafortunado.

diagnóstico

El diagnóstico de un queloide es bastante fácil y consiste en un examen objetivo simple de la lesión por parte del médico.

Las características macroscópicas de un queloide, detectadas a través del diagnóstico clínico, pueden resumirse de la siguiente manera:

  • Color rojo intenso inicialmente de la lesión; Posteriormente, el color se desvanece a rosáceo o pardo.
  • Ausencia de folículos pilosos.
  • Herida cicatricial no reabsorbible espontáneamente
  • Clara ampliación de la herida inicial y extensión en las áreas circundantes.
  • Textura irregular y textura gomosa de la lesión.

En el examen histológico, se observa un infiltrado celular y una acumulación exagerada de matriz extracelular (compuesta principalmente de colágeno tipo III y ácido hialurónico) en un queloide.

A veces, el queloide causa picazón, incomodidad o dolor en el área en la que surge, que se acentúan con movimientos o tirando de la piel hacia el sitio afectado. Cuando un queloide se origina cerca de una articulación, el paciente puede experimentar una reducción en la movilidad de la extremidad.

Una biopsia de piel puede ser necesaria en presencia de una lesión tumoral sospechada (p. Ej., Melanoma).

tratamiento

En muchos casos, la extirpación quirúrgica normal del queloide induciría una nueva lesión, sentando así los cimientos para la formación de un proceso adicional de cicatrización (con la formación de una cicatriz queloidal más grande y más grande con respecto a la anterior). Para evitar tales consecuencias, muy a menudo el médico ofrece al paciente un enfoque conservador o alternativo.

Las posibilidades de intervención para mejorar la piel afectada por queloides son:

  1. Inyecciones intrínsecas de cortisona (terapia electiva para el tratamiento con queloides): la práctica, no demasiado dolorosa, es bastante segura y los beneficios son muy buenos. Normalmente, el paciente debe someterse a una inyección de cortisona por mes: después de algunos ciclos de tratamiento, el queloide se aplana y su presencia es, sin duda, menos visible. Se estima que el 70% de los pacientes afectados por queloides y tratados con inyecciones de cortisona están satisfechos con el resultado; A pesar de esto, la tasa de reincidencia es muy alta.
  2. Terapia con láser: un método ampliamente utilizado, el láser aplana el queloide, haciéndolo menos visible con el tiempo. El tratamiento con láser induce la regresión progresiva de los queloides al suprimir la proliferación de fibroblastos. Aunque la cirugía es efectiva, segura e indolora, es necesario someterse a varios tratamientos (que son bastante onerosos) para obtener resultados satisfactorios.
  3. Inyección de interferón (pequeño grupo de proteínas producidas por el sistema inmunitario en respuesta a infecciones causadas por patógenos como bacterias, virus y hongos): método que consiste en inyectar esta sustancia directamente en el queloide para reducir su tamaño y tamaño. Siendo innovador, este método está rodeado por una nube de dudas y controversias; muchos expertos dudan de la eficacia a largo plazo de este tratamiento. Como alternativa a las inyecciones de interferón, algunos investigadores creen que la aplicación tópica (local) de fármacos inmunomoduladores como el imiquimod puede ser beneficiosa para la curación de los queloides, ya que estimularía al cuerpo a producir interferón.
  4. Inyecciones fluoracálicas: algunos investigadores opinan que la inyección tópica (in situ) de este agente quimioterapéutico se puede usar como monoterapia o en asociación con inyecciones de corticosteroides y láser para reducir la extensión de los queloides. .
  5. Láminas de silicona (p. Ej., Hidrogel de silicona): a pesar de la aplicación prolongada (durante algunas semanas) de láminas de silicona directamente sobre el queloide no constituye una garantía de éxito para eliminar estas lesiones, algunos expertos confían y proponen este tipo de tratamiento para paciente. Los resultados son variables: en general, este enfoque está indicado para el tratamiento de los síntomas (picazón, malestar) en pacientes con queloides estables y para la prevención de recaídas, más que para el tratamiento eficaz de los queloides.
  6. Crioterapia: método que consiste en la congelación literal de la lesión queloide con nitrógeno líquido. La limitación de este tratamiento es la hipopigmentación (decoloración de la piel en la cual hay una pérdida progresiva de la sombra del mismo), lo que hace que este procedimiento sea impráctico en personas con piel oscura.
  7. Radiación: algunos médicos proponen radiación para aplanar u ocultar el queloide. Aunque el resultado es bueno, la radioterapia no siempre está indicada porque los efectos secundarios a largo plazo (mayor riesgo de neoplasias cutáneas) superan con creces los beneficios.

prevención

El mejor tratamiento para el tratamiento con queloides es la prevención: todas las personas deben evitar traumas o cirugías innecesarias (incluso perforaciones simples en los oídos, tatuajes y cirugía estética). Además, cualquier trastorno de la piel, como el acné y las infecciones, debe tratarse de inmediato, por lo tanto, desde el inicio de los primeros síntomas, para minimizar las áreas inflamadas.

Para evitar que un queloide ya formado degenere y aumente de tamaño, es importante mantener la cicatriz limpia en todo momento.

Además, para evitar que la cicatriz de cheloidea exagere y cause molestias, se recomienda la aplicación diaria o de múltiples mascotas de cremas nutritivas y antioxidantes.

Para concluir, no es posible dictar una línea profiláctica genérica contra los queloides: la única precaución importante es evitar intervenciones innecesarias o traumas que podrían degenerar en cicatrices no reversibles, como los queloides.