enfermedades cardiovasculares

Vasculitis: Diagnóstico y Tratamiento

¿Qué es la vasculitis?

Vasculitis: puntos clave
  • La vasculitis es una inflamación de los vasos sanguíneos.
  • A menudo, la afección está relacionada con una reacción autoinmune, provocada por una infección, un fármaco u otra enfermedad. En algunos casos, la etiología de la vasculitis es desconocida. El proceso inflamatorio implica daño a las paredes de los vasos sanguíneos, que se extienden a los tejidos y órganos rociados por ellos.
  • La vasculitis puede afectar a cualquier tipo de vaso sanguíneo, lo que resulta en un amplio espectro de enfermedades que pueden variar mucho en los síntomas, la gravedad y la duración.
  • El diagnóstico puede confirmarse mediante una biopsia del tejido afectado o una angiografía.
  • El tratamiento está dirigido a disminuir la inflamación de los vasos sanguíneos y mejorar la función de los órganos afectados.

diagnóstico

La vasculitis es común a un grupo heterogéneo de enfermedades, cada una de las cuales se define por patrones específicos de inflamación que se distinguen por:

  • Tipo , tamaño y ubicación de los vasos sanguíneos afectados;
  • Causa y extensión de la enfermedad;
  • Reconocimiento de anomalías clínicas particulares;
  • Posible implicación de tejidos u órganos.

El diagnóstico de vasculitis se basa en la anamnesis, el examen objetivo completo y los resultados de las pruebas de laboratorio.

Análisis de sangre y orina.

Los análisis de sangre se realizan en el caso de vasculitis activa. Los resultados, en general, permiten resaltar los signos de inflamación en el cuerpo, evidenciados por:

  • Alta tasa de sedimentación eritrocítica (ESR);
  • Aumento de la proteína C reactiva (CRP);
  • anemia;
  • Aumento de glóbulos blancos (en particular, eosinófilos);
  • Aumento del recuento de plaquetas.

El análisis de orina puede revelar anomalías, como la presencia de hematuria y proteinuria (un signo de vasculitis que afecta a los riñones). Otros resultados alterados pueden surgir de los análisis que evalúan el grado de participación de diferentes órganos y su funcionalidad.

Prueba inmunologica

Cada tipo de vasculitis puede producir un cuadro clínico diferente, pero, en muchos casos, una prueba inmunológica puede diferenciar, confirmar y monitorear la presencia de inflamación. Estas pruebas permiten la detección de niveles elevados de anticuerpos neutrófilos citoplasmáticos (ANCA) y la formación de complejos inmunes (enfermedad de Kawasaki, púrpura de Schonlein-Henoch, etc.).

Las tres principales vasculitis asociadas a ANCA son:

  • Granulomatosis de Wegener;
  • Síndrome de Churg-Strauss;
  • Poliangioita microscópica.

Otras formas, como la enfermedad de Behcet y la vasculitis cerebral primaria, no se asocian con alteraciones de los índices específicos de química sanguínea.

Diagnóstico por imagen

Si las arterias más grandes, como la aorta y sus ramas principales, se ven afectadas, el médico puede mostrar una disminución en el flujo sanguíneo a través de técnicas de imágenes no invasivas (radiografías, tomografía computarizada y resonancia magnética).

Una angiografía puede mostrar patrones característicos de inflamación en los vasos sanguíneos afectados. Durante el examen, se inserta un catéter flexible y delgado en una arteria o vena grande y se inyecta un medio de contraste en la sangre. Los contornos de los vasos sanguíneos son visibles en las imágenes de rayos X resultantes, lo que permite evaluar si están engrosados, deformados, obstruidos o restringidos.

Diagnóstico de biopsia

El diagnóstico definitivo de vasculitis se establece después de una biopsia del vaso sanguíneo afectado y del tejido u órgano afectado (como la piel, el riñón o el pulmón). La encuesta de biopsia le permite al médico examinar el pequeño trozo de tejido tomado bajo el microscopio para evaluar la presencia de signos de inflamación.

tratamiento

El tratamiento de la condición depende de la forma específica de vasculitis, las áreas / órganos involucrados y las condiciones generales de salud del paciente. Si el manejo de la enfermedad es temprano, se puede evitar el daño permanente. Algunos tipos de vasculitis son autolimitados y pueden mejorar espontáneamente, mientras que otros requieren medicamentos que generalmente apuntan a detener la inflamación y suprimir el sistema inmunológico.

Algunas medidas pueden incluir:

  • Esteroides para controlar la inflamación. El tratamiento para muchos tipos de vasculitis es la administración de un medicamento corticosteroide, por ejemplo prednisona o metilprednisolona, ​​que ayuda a reducir la inflamación. La dosis y la duración de la terapia dependen de la extensión y duración de la vasculitis. Los efectos secundarios pueden ser graves y, a largo plazo, especialmente si se toman durante un período prolongado, pueden incluir aumento de peso, diabetes y adelgazamiento de los huesos (osteoporosis).
  • Medicamentos para el control del sistema inmunológico. Los casos de vasculitis que no responden adecuadamente a los corticosteroides pueden requerir tratamiento con fármacos citotóxicos. Estos actúan suprimiendo las células del sistema inmunológico responsables de la inflamación. Algunos ejemplos incluyen azatioprina y ciclofosfamida. Los nuevos medicamentos diseñados para tratar otras enfermedades autoinmunes e inflamatorias pueden ayudar a amortiguar la respuesta del sistema inmunológico. Entre ellos, el rituximab fue aprobado para el tratamiento de granulomatosis y poliangitis, vasculitis crioglobulinémica y poliangitis microscópica.
  • La cirugia Los órganos afectados (como el corazón o los pulmones) pueden requerir un tratamiento médico específico diseñado para mejorar su función durante la fase activa de la enfermedad. El daño causado por vasculitis severa a veces requiere cirugía. Esto puede implicar, por ejemplo, un trasplante de riñón o un injerto de derivación vascular para redirigir el flujo sanguíneo.

En algunos casos, la vasculitis puede entrar en remisión y reaparecer en cualquier momento. El tratamiento farmacológico a largo plazo a menudo puede controlar los signos y síntomas de las formas crónicas. En raras ocasiones, la vasculitis no responde a la terapia; Esto puede llevar a la invalidez e incluso a la muerte del paciente.