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Acido hialuronico

El ácido hialurónico es una sustancia producida naturalmente por nuestro cuerpo con el propósito de hidratar y proteger los tejidos.

Ácido Hialurónico: Estructura Química Y Funciones

Desde el punto de vista químico, el ácido hialurónico se clasifica como un glicosaminoglicano. De hecho, la molécula está formada por la repetición de largas secuencias de dos azúcares simples, el ácido glicurónico y la N-acetilglucosamina. Estas sustancias están cargadas negativamente y, cuando se unen, la repulsión fuerte da lugar a una molécula lineal, flexible y extremadamente polar. La gran solubilidad en ambientes acuosos es importante para garantizar la hidratación de los tejidos y protegerlos de la tensión y el estrés excesivos. Al mismo tiempo, la alta afinidad con otras moléculas de ácido hialurónico y con los otros componentes de la matriz extracelular permite la formación de una red densa e intrincada de alto peso molecular.

También presente en muchos animales y algunos tipos de bacterias, el ácido hialurónico es uno de los componentes principales del tejido conectivo, en particular de su sustancia amorfa (o sustancia fundamental, un gel compacto en el que se sumergen las fibras de colágeno y elastina).

Descubierto en el humor vítreo del ojo y utilizado desde los años 70 hasta hace unos años, este mucolpolisaccaride fue extraído exclusivamente de animales y, en particular, de la cresta del gallo. Hoy en día, el ácido hialurónico de origen aviar está flanqueado por el que se extrae de bacterias particulares. De hecho, las técnicas de producción modernas permiten la síntesis de diferentes tipos de ácido hialurónico con diferentes características y campos de aplicación.

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Funciones del ácido hialurónico

La estructura química particular proporciona al ácido hialurónico muchas propiedades que lo hacen particularmente útil tanto en el campo médico como en el estético. Su capacidad para unir el agua y otras sustancias da lugar a geles protectores, particularmente útiles para la piel y las articulaciones.

Estimular la formación de colágeno y el ácido hialurónico del tejido conectivo protege al cuerpo de virus y bacterias, aumenta la plasticidad de los tejidos y asegura una hidratación óptima de la piel. También tiene propiedades cicatriziales y antiinflamatorias.

Se obtiene fácilmente en el laboratorio y, si se excluyen los casos aislados de hipersensibilidad a la sustancia, está libre de contraindicaciones o efectos secundarios.

Arrugas y Ácido Hialurónico.

El ácido hialurónico es un componente fundamental de la dermis. Gracias a sus propiedades le confiere a la piel las características clásicas de elasticidad y suavidad. Sin embargo, su concentración dentro del tejido conectivo de la piel tiende a disminuir con la edad. Si, por un lado, esta constante y considerable disminución se encuentra entre las principales causas del envejecimiento de la piel, por otro lado, la inyección de ácido hialurónico permite la reactivación de la piel madura, estimulando la función celular y dando a la piel la pérdida de peso y lucidez.

Por todas estas razones, esta sustancia se ha utilizado con éxito en el campo dermatológico-estético durante varios años.

En particular, el tratamiento basado en colágeno y ácido hialurónico forma la base de los llamados rellenos, tratamientos utilizados para rellenar y suavizar las arrugas faciales.

El médico inyecta la preparación con una aguja muy pequeña justo debajo de las arrugas a tratar. El efecto de relleno es variable y depende del tipo de piel y la calidad y cantidad de ácido hialurónico utilizado. El resultado estético no es permanente, debido a la reabsorción progresiva de la sustancia, lo que hace que la repetición periódica de la intervención sea necesaria para la ira cada 2 a 12 meses, según el caso.

El uso de ácido hialurónico también se utiliza en la corrección de otros defectos estéticos. De hecho, se usa muy a menudo para rellenar pequeñas cicatrices o para dar plenitud y turgencia a los labios delgados. En este último caso, se utiliza una preparación con una mayor concentración de ácido hialurónico para obtener un mayor efecto voluminizador.

El éxito de este producto ha contribuido a su difusión incluso en numerosos cosméticos destinados al uso privado. Sin embargo, estos productos tienen efectos bastante leves en comparación con la inyección subcutánea de ácido hialurónico que no es mucho más costosa (200-600 euros por sesión).

Recientemente, algunos estudios han demostrado que el ácido hialurónico también está involucrado en los procesos de proliferación y crecimiento del cabello y el cabello, abriendo nuevos horizontes en el uso cosmético de esta importante sustancia.

Artrosis y ácido hialurónico.

El ácido hialurónico es un componente fundamental del líquido sinovial. Este líquido se coloca dentro de las juntas para proteger el cartílago del desgaste y las cargas excesivas. El líquido sinovial, además de absorber los movimientos, asegura la nutrición al cartílago, acelerando los procesos de reparación.

El envejecimiento de las articulaciones, así como la piel, se asocian con una disminución en la producción de líquido sinovial.

Podemos comparar la acción del ácido hialurónico con la del aceite de motor de un automóvil. Con el paso del tiempo, el calor y la fricción disminuyen la viscosidad del aceite, haciéndolo menos efectivo para proteger las partes mecánicas. El ácido hialurónico se comporta de la misma manera dentro de las articulaciones. Una disminución excesiva de esta sustancia, relacionada con eventos traumáticos o con la edad avanzada, de hecho aumenta las fricciones entre las superficies articulares.

El ácido hialurónico es particularmente eficaz en el tratamiento y la prevención de la osteoartritis, una enfermedad degenerativa que involucra el cartílago. La infiltración intraarticular de esta sustancia puede reducir el dolor mientras acelera los procesos de reparación. La terapia con ácido hialurónico ha demostrado ser eficaz sobre todo en las lesiones de medias a moderadas.

También en este campo, como en el campo estético, su acción no es definitiva, por lo que es necesario repetir el tratamiento cada 6-12 meses.

Otras aplicaciones

El ácido hialurónico también se usa en cirugía oftálmica, otológica y ocular y en procesos de curación y regeneración de tejidos (por ejemplo, el ingrediente activo del medicamento Connettivina).