aceites y grasas

Aceite de palma: sociedad y medio ambiente

La industria del aceite de palma ha tenido efectos positivos y negativos en los trabajadores que pertenecen a las comunidades indígenas. La producción de aceite de palma ofrece una oportunidad de trabajo y ha demostrado reducir la pobreza, mejorar la infraestructura y los servicios sociales.

Sin embargo, en algunos casos, las plantaciones de palma aceitera se han desarrollado sin consultar con los pueblos tribales ocupantes, lo que ha generado bastantes conflictos sociales.

Además, el empleo de inmigrantes ilegales en Malasia ha causado mucha controversia sobre las condiciones de trabajo en las que se ubicarían.

Algunas iniciativas sociales explotan el cultivo de palma aceitera como una estrategia real para la reducción de la pobreza colectiva. Un ejemplo es el de los híbridos de palma de la "Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación" (FAO) implantados en el oeste de Kenia, que pueden mejorar la rentabilidad y, por lo tanto, la nutrición de las poblaciones locales; o el apoyo al desarrollo rural en Malasia, por la "Autoridad Federal de Desarrollo Territorial" y la "Autoridad Federal de Consolidación y Rehabilitación de Tierras".

El uso de aceite de palma para la producción de biodiesel podría poner en peligro la producción de alimentos debido al uso alternativo excesivo de la fruta, lo que causa o agrava la malnutrición en los países en desarrollo. Esta controversia también se conoce como "alimentos versus combustible". Según un informe de 2008, publicado por "Revisiones de energía renovable y sostenible", el aceite de palma ha sido declarado una fuente sostenible de alimentos y biocombustibles. La producción de biodiesel a partir de aceite de palma no representaría una amenaza para los suministros de aceite comestible. Según un estudio de 2009, publicado en el "Environmental Science and Policy Journal", en el futuro podría aumentar la demanda comercial de aceite de palma con la consiguiente expansión agrícola que también apoyaría la demanda de alimentos.

El cultivo de palma aceitera está teniendo consecuencias negativas en el medio ambiente natural; entre ellos, la deforestación, la pérdida del hábitat natural (que ha amenazado a algunas especies animales como los orangutanes y el tigre de Sumatra) y las mayores emisiones de gases de efecto invernadero.

Muchas plantaciones de palma aceitera se han sembrado en turberas, interrumpiendo el suelo que, al no poder retener ciertos gases, favorece la expansión del efecto invernadero.

Algunas organizaciones, como la "Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible" (RSPO), han tratado de promover el cultivo sostenible de los árboles de palma aceitera. El gobierno de Malasia se ha comprometido a preservar el 50% de su área nacional total en forma de bosques. Según una investigación llevada a cabo por el "Laboratorio de investigación de turba tropical", un grupo que analiza el cultivo de palma aceitera para apoyar al sector industrial, las plantaciones actúan como sumideros de carbono y producen oxígeno. Según la "Segunda Comunicación Nacional de Malasia a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático", las plantaciones contribuyen a mantener el estatus de Malasia por el efecto positivo que tienen sobre la concentración de dióxido de carbono.

Grupos ambientales como "Greenpeace" y "Amigos de la Tierra" se oponen al uso de biocombustibles a base de aceite de palma, argumentando que la deforestación para apoyar las plantaciones de palma aceitera es más perjudicial para el clima que los beneficios Obtenido utilizando el biocombustible y utilizando palmeras como depósitos de carbono.

La RSPO se creó en 2004 debido a preocupaciones planteadas por organizaciones no gubernamentales con respecto al impacto ambiental de la producción de aceite de palma. RSPO ha establecido estándares internacionales para la producción eco-sostenible y ha creado una marca de garantía. Son miembros de la RSPO: ciertos productores de aceite de palma, grupos de conservacionistas y ciertos compradores.

Sin embargo, los productores de aceite de palma que disfrutan del "Aceite de palma sostenible certificado" han criticado a la organización; Esto se debe a que, a pesar de haber cumplido con los estándares de la RSPO y asumir los costos de la certificación, la demanda del mercado para este tipo de producto sigue siendo bastante baja. El fenómeno es atribuible al mayor costo, que dirige a los compradores a productos más baratos incluso si no están certificados. En 2011, el 12% del aceite de palma del mundo fue certificado como "sostenible", aunque solo la mitad de este porcentaje obtuvo la marca RSPO.