intervenciones quirurgicas

Episiotomía (o perineotomía)

generalidad

La episiotomía es un procedimiento quirúrgico bastante común en la práctica obstétrica, dirigido a facilitar el paso del feto durante el parto vaginal.

También llamada perineotomía, la episiotomía involucra la incisión del perineo (el área presente entre la vulva y el ano) para aumentar la distensión del orificio vaginal.

Porque practicas

Presuntas ventajas

La episiotomía se introdujo en la práctica clínica en la primera mitad del siglo dieciocho y ha conocido hasta tiempos recientes una considerable popularidad, con gran propensión a su ejecución rutinaria por parte de los médicos.

El fundamento de la intervención radica en la creencia de que esta práctica puede reducir:

  • en la madre, el riesgo de laceración del perineo y la posible incontinencia fecal y urinaria debida al parto;
  • en el feto, el riesgo de distocia de hombros y otras complicaciones, como la hipoxia en el trabajo de parto complicado.

En la práctica, la creación de esta herida serviría para prevenir lesiones más graves e incontroladas.

desventajas

Los beneficios atribuidos clásicamente a la episiotomía han sido aceptados como verdaderos, a pesar de la falta de evidencia científica concreta para respaldar estas hipótesis.

Solo en los últimos años, las evaluaciones estadísticas han llevado a muchos médicos a desalentar la práctica rutinaria de la episiotomía, reservándola solo para los casos en que los beneficios de la intervención superan sus desventajas. Entre estos últimos habría:

  • aumento de la hemorragia postnatal (la episiotomía tiene un efecto inhibitorio sobre la secreción de oxitocina, una hormona que tiende a aumentar las contracciones uterinas, importante para detener la hemorragia resultante del desprendimiento de la placenta);
  • dolor local que puede durar semanas o meses después del parto, dificultando la recuperación de las relaciones sexuales y, en algunos casos, incluso interfiriendo con la lactancia materna;
  • La herida puede complicarse con infecciones; En casos severos, incluso se pueden formar fístulas rectovaginales;
  • La laceración (y el consiguiente debilitamiento) de los músculos del piso pélvico pueden crear graves problemas de incontinencia.

Por todas estas razones, la episiotomía debe reservarse solo para casos especiales, por ejemplo, cuando la mujer tiene un canal de parto angosto o cuando el niño que está a punto de nacer es macrosómico, sufre un sufrimiento o aparece con los testículos.

Como prevenir la necesidad de practicarlo.

Durante el embarazo, es importante que la mujer adquiera conciencia de que la vagina y el perineo tienen la capacidad de relajarse adecuadamente durante el parto, sin la necesidad de intervenir quirúrgicamente.

La preparación del suelo pélvico durante el embarazo, la elección de una postura adecuada durante el parto, la frecuencia e intensidad correctas de los empujes, el respeto del tiempo necesario para realizar el parto, el parto en agua y la estimulación del clítoris como método de La relajación durante el parto puede ser muy útil para prevenir laceraciones vaginales y perineales.

Como realizar

La incisión del perineo se puede realizar de tres formas principales: mediana (incisión longitudinal), lateral (incisión transversal) y mediolateral (incisión oblicua).

La elección del tipo de incisión la realiza el cirujano también basándose en las características del paciente, el feto y la forma en que se produce. En un nivel general, tendemos a preferir la incisión mediana porque es más conservadora y fácil de curar.

La operación se realiza bajo anestesia local, claramente superflua si la mujer ya se ha sometido a anestesia epidural.

Tratamiento postoperatorio.

Después del nacimiento del bebé, la herida producida por la episiotomía se cierra con algunas suturas, siempre bajo anestesia local (esta intervención tiende a ser más dolorosa que la incisión en sí misma).

En los días siguientes se debe prestar especial atención a la desinfección de la herida, que se aplicará varias veces al día y siempre después de la micción y la defecación, de acuerdo con las instrucciones del ginecólogo con productos específicos. Después del lavado, es importante secar la herida con aire caliente o frotar suavemente con una toalla limpia y suave. Si el médico lo considera apropiado, también es posible aplicar cremas o aerosoles de anestesia para mitigar el dolor.