La harina de almendras es un producto que se utiliza como ingrediente en muchas recetas de pastelería. Por otro lado, lo que muchos no saben, es que el uso de almendras está relacionado con una mejora de ciertos parámetros metabólicos o incluso con la optimización del impulso gástrico de saciedad. ¿Podría la harina resultante tener los mismos efectos beneficiosos? ¿Incluso el desgrasado?
La investigación titulada " Un ensayo aleatorio cruzado " en 2011 utilizó una muestra de investigación compuesta de varios sujetos con tolerancia a la glucosa alterada, que se administraron para el desayuno : almendras enteras, mantequilla de almendras, harina de almendras desgrasada y aceite de almendras; al mismo tiempo, ninguno de los productos mencionados anteriormente se administró a otro grupo de control, mientras que todos tomaron una dosis precisa de carbohidratos. En una etapa posterior, se evaluaron algunos parámetros: glucemia, insulinemia, trigliceridemia de ácidos grasos no esterificados libres, glucagón péptido-1 en la sangre y sensación de apetito. Los resultados mostraron una reducción en el azúcar en la sangre con una mayor saciedad (incluso en la siguiente comida) para aquellos que consumieron almendras enteras en el desayuno; este efecto es probablemente imputable al componente lipídico incluso si, en detalle, la respuesta entre la semilla entera, la mantequilla y el aceite ha presentado algunas diferencias notables. Por el contrario, siempre a partir de los resultados, la harina desgrasada de almendra (que recordamos ser comercial, por lo tanto, diferente de la obtenida en el hogar para pulverizar semillas enteras o peladas) NO produjo ninguna mejora metabólica o del apetito.
En última instancia, la harina de almendra fresca y grasa se puede definir como superponible a semillas enteras, pero lo mismo no se aplica a la harina desgrasada que no parece tener ninguna de las cualidades metabólicas originales.
