salud

Pavor Nocturnus

generalidad

El sabor nocturno (o terror nocturno ) consiste en el despertar parcial del sueño profundo, presa de un estado de agitación intensa. Este fenómeno es parte de las parasomnias (perturbaciones no patológicas del sueño) y no está relacionado con traumas o problemas emocionales o relacionales.

Pavor nocturnus es una manifestación bastante común en preescolares . La alteración se produce con frecuencia variable, irregular e impredecible.

Durante un episodio de pavor nocturnus, el niño:

  • Puedes levantarte de la cama, llorando y gritando excesivamente;
  • A menudo tiene los ojos muy abiertos, pero no parece ver;
  • No responde ni a la llamada ni a la voz de los padres;
  • Es inconsolable.

A menudo, este fenómeno se desvanece con el crecimiento. Mientras tanto, es importante saber qué no hacer durante un episodio de pavor nocturnus: no levante al bebé y no intente despertarlo; será suficiente para comprobar que no se lastime moviéndose en su sueño y tranquilizarlo, usando un tono de voz tranquilo y silencioso.

¿Qué

Pavor nocturnus es una parasomnia, es decir, una alteración no patológica del sueño, como sonambulismo y alucinaciones hipnagógicas.

El trastorno ocurre durante el sueño profundo no REM, durante el cual no hay conciencia (a diferencia de las pesadillas que ocurren, sin embargo, en la fase REM).

El sabor nocturno puede ser muy impresionante en apariencia: el niño (sin contacto, ya que no se da cuenta: está durmiendo en un sueño profundo no REM) parece presa del terror y, al mismo tiempo, puede presentar síntomas como sudoración excesiva, rigidez muscular y taquicardia.

El episodio dura desde unos pocos minutos hasta media hora; Una vez terminado, el niño vuelve a dormir, como si nada hubiera pasado. En cualquier caso, el pavor nocturno no presenta ninguna causa patológica subyacente (neurológica, psicológica, afectiva o relacional).

causas

El trastorno es bastante común en niños de 2 a 12 años y tiende a desaparecer por sí solo durante la adolescencia.

Las causas del pavor nocturno todavía son desconocidas, pero parece que el estrés y las condiciones que perturban el sueño están involucradas, como:

  • Estimulaciones de sonido o luz durante el descanso;
  • fiebre;
  • Distensión de la vejiga (vejiga llena);
  • Hipertrofia adenoidea;
  • Apnea nocturna
  • Alteraciones del equilibrio hidrosalino;
  • Otitis media;
  • asma;
  • Reflujo gastroesofágico;
  • La privación del sueño.

En cualquier caso, el pavor nocturno no es una expresión de trastornos neurológicos, afectivos o relacionales y no es un ataque de pánico. Esta manifestación es el resultado de una activación del sistema límbico (que, entre otras cosas, gestiona las emociones) y no se realiza como consecuencia de experiencias vividas.

Síntomas y complicaciones.

El sabor nocturno se manifiesta de manera intermitente y por períodos cortos, luego muestra una remisión gradual y espontánea en el tiempo.

Los episodios de pavor nocturnus pueden ser impresionantes: el niño llora, llora, se ve asustado, tiene los ojos cerrados o cerrados, puede moverse en movimientos descompuestos y no responde a los intentos de comodidad.

Además, el pavor nocturnus suele ir acompañado de:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia);
  • Rigidez muscular
  • Taquipnea (respiración acelerada);
  • Palidez o, por el contrario, enrojecimiento de la cara;
  • Sudoración excesiva;

Estas manifestaciones dependen de una fuerte activación del sistema nervioso autónomo (no causado por experiencias emocionales). En general, el niño vuelve a dormir después de unos minutos, como si nada hubiera pasado; a diferencia de las pesadillas, los que experimentan el pavor nocturno por la mañana no recuerdan estos episodios, dejando una amnesia parcial o total.

diagnóstico

En la mayoría de los casos, el diagnóstico de pavor nocturno es puramente clínico : al remitir los síntomas al médico de atención primaria o al pediatra, identifica rápidamente el trastorno.

Pavor nocturnus pertenece al grupo de las parasomnias, es decir, las perturbaciones no patológicas del sueño, como el sonambulismo y las alucinaciones hipnagógicas. Reiteramos que esta manifestación no tiene importancia patológica (no está asociada con ningún tipo de enfermedad física o psíquica).

El examen instrumental ( polisomnografía ) está indicado en el caso de que sea necesario un diagnóstico diferencial con respecto a episodios de naturaleza epiléptica durante el sueño, o cuando se sospeche la presencia simultánea de enfermedades respiratorias.

terapia

Por lo general, el pavor nocturno tiende a autolimitarse y no requiere ningún tipo de intervención médica, aunque puede continuar durante años. Si el trastorno persiste durante la adolescencia o la edad adulta, cuando sea estrictamente necesario, es posible recurrir a una terapia farmacológica basada en ansiolíticos o antidepresivos, para reducir la incidencia de ataques y estabilizar el sueño.

Que hacer

Sin embargo, instintivo, tratar de despertar a alguien, un adulto o un niño, durante un episodio de pavor nocturnus es muy difícil, inadecuado y, a menudo, inútil.

Durante un episodio de pavor nocturnus:

  • No toque al niño, pero evite los gestos inconscientes con los que podría lastimarse;
  • Evite movimientos bruscos para reducir la duración del ataque y evitar reacciones agresivas;
  • No intente despertar al niño por la fuerza: este comportamiento podría aumentar la agitación y prolongar el evento; es útil, en cambio, hablarle en voz baja y en voz baja;
  • Promover un regreso a la cama es muy importante para limitar la duración del episodio.

En general, sin embargo, es posible:

  • Adoptar medidas de seguridad en el hogar: ej. bloquear puertas y / o escaleras, quitar objetos que podrían ser dañinos o un obstáculo si el niño se levanta;
  • Cuidar la higiene del sueño: mantener un ritmo regular de sueño y vigilia, evitar las bebidas con cafeína por la noche, etc .;
  • Evite informarle al niño lo que sucedió durante la noche: esto podría predisponer a los trastornos de ansiedad.