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Miostatina

El toro que ve en la imagen no necesita pasar días enteros en el gimnasio o seguir dietas particulares para mantenerse en forma. Su extraordinario desarrollo muscular se debe simplemente a una mutación del gen que codifica la miostatina.

¿Qué es la miostatina?

La miostatina es una proteína descubierta en 1997 por los científicos McPherron y Se-Jin Lee durante los estudios de diferenciación y proliferación celular. Para comprender cuál era su función real, se aparearon ratones en los que se inhibió el gen que codifica la miostatina.

La descendencia homocigótica, portadora de ambos genes mutados, mostró un desarrollo muscular superior en comparación con los ratones heterocigotos (portadores de un solo gen mutado) y los normales. El tamaño corporal fue 30% más alto, el músculo parecía hipertrófico y el peso era 2 o 3 veces mayor que los cobayas naturales. Posteriormente, el análisis histológico mostró un aumento tanto en el tamaño de las células musculares individuales (hipertrofia) como en su número (hiperplasia). Al mismo tiempo, hubo una ligera disminución en el tejido adiposo, mientras que la fertilidad y la vida útil se mantuvieron casi sin cambios.

Al estudiar dos razas de ganado en particular obtenidas al cruzar prendas especialmente musculosas entre sí, los investigadores descubrieron la presencia de una mutación del gen que codifica la miostatina. Una mayor confirmación de su función provino del estudio de la expresión génica en otras especies animales como el gato, el pollo y el cerdo; Se confirmó la hipótesis de que la miostatina interactúa con el desarrollo muscular, inhibiéndolo.

Papel de la miostatina en el desarrollo muscular.

Hoy, 10 años después de su descubrimiento, se sabe que la miostatina se produce sobre todo por las células musculares esqueléticas (algunos estudios han detectado su presencia también en el tejido adiposo, el corazón y el hueso). Su acción está regulada por la presencia de un inhibidor llamado folistatina. Cuanto mayor es el nivel de folistatina y mayor es el desarrollo muscular. Parece que la folistatina es capaz de interactuar con las células satélite estimulando la proliferación de nuevas células musculares (hiperplasia). Normalmente, el aumento en la masa muscular se debe al único aumento en el tamaño de las células (hipertrofia), mientras que una ligera hiperplasia solo puede ocurrir en casos especiales (lesiones musculares).

Desde el punto de vista químico, la miostatina es una proteína compuesta por dos subunidades formadas por una secuencia de 110 aminoácidos y es parte de un grupo más amplio de factores de crecimiento y diferenciación beta (TGF-B).

Su descubrimiento ha abierto nuevos horizontes en el tratamiento de enfermedades musculares y cardíacas, en el deporte y en la cría de ganado. Por ejemplo, piense en la posible regeneración muscular después de una lesión, o la regeneración del miocardio después de un ataque al corazón.

Recientemente, la aplicación de inhibidores de la miostatina en el tratamiento de la distrofia muscular ha sido de particular interés, aunque algunos estudios han disminuido el optimismo inicial.

La investigación actual se centra en el estudio y el desarrollo de este potencial, pero todavía hay muchas hipótesis y pocas certezas. Los estudios sobre el papel de la miostatina en el cuerpo humano son pocos, a menudo discordantes, y aún esperan confirmación.

En 2004, al estudiar a un niño alemán de 5 años que presentaba un desarrollo anormal de fuerza y ​​masa muscular, los científicos descubrieron por primera vez en humanos la presencia de una mutación en los genes que codifican la miostatina. La influencia en la expresión fenotípica fue idéntica a la observada en ratones de laboratorio y en razas bovinas estudiadas tanto que la fuerza muscular del niño era similar o incluso mayor que la de un adulto. Un aspecto muy interesante es que la madre del niño, de quien heredó uno de los dos alelos mutados, era un corredor profesional y que algunos de sus antepasados ​​son recordados precisamente por su extraordinaria fuerza.

Los análisis posteriores revelaron que la ausencia de miostatina era la única causa del desarrollo muscular excesivo. Todos los demás factores anabólicos como la testosterona, la GH y el IGF-1, también considerados como la edad temprana del sujeto, estaban perfectamente alineados.

Por lo tanto, se puede suponer que la ausencia de miostatina estimula la hipertrofia y la hiperplasia muscular independientemente de la presencia de hormonas anabólicas. Esta hipótesis, aún en espera de confirmación, parece bastante optimista. De hecho, el crecimiento muscular es el resultado de un equilibrio sutil entre los factores anabólicos y catabólicos y una hormona única, un gen o una sustancia particular no es suficiente para influir significativamente en él. Para confirmar esto, hay estudios en la literatura que muestran que no hay diferencias importantes en la cantidad de masa muscular entre los sujetos normales y otros con deficiencia de miostatina.

En la foto, el llamado "azote matón", un homocigoto ejemplar para una mutación del gen de la miostatina que lo hace inactivo. La raza de perros a la que pertenece (whippet), gracias a su cuerpo particularmente ágil y delgado, produce excelentes ejemplos para las carreras deportivas. Los estudios científicos han demostrado que los especímenes con mejores resultados en distancias cortas (300 m) tienen solo un alelo mutado del gen de la miostatina (con inhibición parcial del mismo); viceversa, el matón acosador, a pesar de su aspecto especialmente musculoso e impresionante, es mucho más lento y torpe que los otros especímenes.

Lo que es seguro es que en 2005 una gran compañía farmacéutica estadounidense, Wyeth, solicitó una patente para el descubrimiento de un anticuerpo capaz de neutralizar la miostatina.

En los últimos años, algunas compañías integradoras han introducido productos en el mercado que prometen inhibir la producción de miostatina de forma natural. Más allá del costo, la efectividad de los productos en cuestión es muy baja y muy probablemente nada. Además, los estudios realizados en culturistas profesionales han encontrado valores completamente normales de miostatina en los músculos.

En cualquier caso, hasta que los efectos secundarios y beneficios derivados de la inhibición de la miostatina se determinen con exactitud, se debe tener precaución. Entonces, si piensa que la falta de resultados se debe a una sobreexpresión de miostatina, intente cambiar de opinión y entrene con constancia y determinación, ¡los resultados llegarán de todos modos!