salud del esófago

Esófago de barrett

generalidad

Se llama esófago de Barrett cuando el tejido normal que recubre este conducto muscular, ubicado entre la faringe y la boca del estómago, se reemplaza por un epitelio similar al que cubre internamente las paredes del duodeno (estiramiento inicial del intestino delgado).

Para describir este cambio celular, los médicos simplemente hablan de "metaplasia del epitelio esofágico". Sin embargo, para poder hablar del esófago de Barret a todos los efectos, la metaplasia debe resaltarse tanto endoscópicamente (a través de un tubo equipado con una cámara a lo largo del esófago), como histológicamente (mediante muestreo endoscópico de pequeñas muestras de tejido para examinar) bajo un microscopio óptico).

causas

El esófago de Barrett es una complicación típica del reflujo gastroesofágico. Tras la relajación del esfínter que separa virtualmente el esófago del estómago (llamado cardias), el ascenso del jugo gástrico al esófago determina, a largo plazo, una modificación del epitelio esofágico, que intenta defenderse del ácido. Las células epiteliales, por lo tanto, asumen características muy similares a las de las gástricas o duodenales, caracterizando la condición conocida como esófago de Barrett. Esta complicación se considera precancerosa, ya que el epitelio anormal puede sufrir una replicación incontrolada (cáncer).

Datos en la mano, el esófago de Barrett se encuentra en el 15-20% de los pacientes con enfermedad crónica por reflujo gastroesofágico (ERGE), especialmente en hombres de raza blanca de 50 años o más.

Según estudios epidemiológicos recientes, el riesgo de desarrollar un adenocarcinoma en presencia de esófago de Barrett se estima en 0, 4 a 0, 5% por año por paciente, mientras que la tasa de supervivencia a 5 años del diagnóstico de adenocarcinoma (cáncer de esófago) Es muy bajo (menos del 10%). A la luz de estos datos, incluso si el riesgo es muy pequeño, es deseable realizar un examen endoscópico en todos los pacientes que sufren de reflujo, a fin de excluir con certeza la presencia del esófago de Barrett.

FACTORES DE RIESGO POTENCIAL

  • enfermedad de reflujo gastroesofágico,
  • hernia de hiato
  • sobrepeso, c
  • abuso de alcohol
  • humo,
  • los hombres (los hombres tienen el doble de riesgo que las mujeres),
  • Etnia caucásica,
  • edad avanzada
  • Miembros de la familia con esófago de Barrett.

Los síntomas

Para obtener más información: Síntomas del esófago de Barrett

El esófago de Barrett es en sí mismo una afección asintomática, pero se asocia frecuentemente con los síntomas típicos de la enfermedad de reflujo que la generó (regurgitación ácida, acidez estomacal, dificultad para tragar alimentos y dolor en la piel; note heces negruzcas y alquitranadas, y rastros de sangre en el vómito).

La gravedad del esófago de Barrett no depende tanto de los síntomas y trastornos relacionados, sino de su posible evolución al adenocarcinoma (cáncer de esófago).

diagnóstico

Como se anticipó, el diagnóstico de esófago de Barrett se basa en los resultados de la endoscopia y la biopsia esofágica. Un tubo delgado (endoscopio), equipado con una fuente de luz y una cámara al final, está hecho para descender a lo largo de la garganta del paciente, examinando el estado de salud del epitelio esofágico y buscando una posible metaplasia. En el caso de que estos estén presentes, por medio de herramientas especiales diseñadas para deslizarse a lo largo del endoscopio, el médico toma pequeñas muestras de tejido anormal, que luego son examinadas microscópicamente por un patólogo experto. El informe puede entonces hablar de displasia en tejido metaplásico y determinar su gravedad (grado bajo o alto) en función de las diferencias estructurales con las células típicas del esófago. Cuanto mayor es el grado displásico y mayor es el riesgo de evolución tumoral; Si, por ejemplo, la displasia es particularmente grave, el riesgo puede aumentar hasta un 10% o más por año por paciente. Sin embargo, recuerde que el proceso displásico no es un proceso tumoral y puede ser reversible (mientras que una célula tumoral transformada ya no puede volver a la normalidad).

Reflujo gastroesofágico → esofagitis → Esófago de Barrett, metaplasia → displasia → adenocarcinoma

tratamiento

La terapia de esófago de Barrett debe dirigirse tanto al control de los síntomas del reflujo gastroesofágico como a la curación de la esofagitis, pero sobre todo debe apuntar a restaurar el epitelio escamoso esofágico normal en áreas de metaplasia intestinal previa. En este sentido, se utilizan los llamados inhibidores de la bomba de protones, medicamentos que pueden reducir significativamente y durante mucho tiempo (18-24 horas) la acidez gástrica. Aunque estos medicamentos son muy efectivos para eliminar el insulto ácido y amortiguar los síntomas asociados con la enfermedad de reflujo, en muchos casos no producen una regresión significativa del tejido displásico.

En el caso en que el esófago de Barrett se caracteriza por un bajo grado de displasia, la situación se controla periódicamente mediante exámenes endoscópicos cada 12 a 36 meses. Viceversa, en el caso de que exista una displasia de alto grado, puede ser necesario extirpar o destruir el tejido anormal (a través de instrumentos endoscópicos apropiados o con ablación por radiofrecuencia o láser); mucho más raramente se exporta toda la porción afectada por el esófago de Barrett y, en este caso, el tracto residual se cose con la boca del estómago.