leche y derivados

Leche de burro

Entre los muchos tipos de leche, el de burro está más cerca que el de una mujer. Contrariamente a esa vacuna, que necesariamente debe estirarse con agua y agregarse con migas de pan (dada la digestibilidad reducida y las grandes diferencias nutricionales que la separan de la leche materna), la leche de burra ha sido ampliamente utilizada en el pasado cuando la enfermería humana (madre o enfermera) no estaba disponible.

Afortunadamente, hoy en día estos dispositivos ya no son necesarios, ya que existen productos, llamados leche artificial, capaces de reproducir la composición nutritiva de la leche materna tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Lo que no se puede reproducir en el laboratorio con la misma facilidad es la riqueza de anticuerpos y sustancias bactericidas presentes en la leche humana, que son esenciales para garantizar el correcto desarrollo del bebé. Uno de estos, llamado lisozima, también está presente en la leche de burra. A pesar de esto, la leche artificial todavía gana la comparación con el alimento, precisamente porque se estudia y produce para acercarse lo más posible a las características nutricionales de la leche materna y las necesidades del niño. Por lo tanto, el uso de leche de burra para alimentar al recién nacido ha caído en desuso.

La situación es diferente para aquellos bebés que no son amamantados, que se vuelven alérgicos a las formulaciones a base de leche de vaca. En este sentido, la leche de burra, adecuadamente integrada, puede considerarse una alternativa válida a las formulaciones hipoalergénicas (hidrolizados de proteínas de la leche de vaca). La última palabra, en este sentido, pertenece exclusivamente al pediatra, considerando también la necesidad de investigaciones clínicas adicionales sobre esta aplicación de la leche de burra. Absolutamente para evitar, en estos casos, las leches de búfalo, cabra y oveja, que pueden desencadenar reacciones alérgicas también importantes, debido al fenómeno de reactividad cruzada (a diferencia de la leche de burra, contienen proteínas con secuencias de aminoácidos similares a las de leche de vaca).

Al igual que todas las leches de origen animal, el burro también contiene lactosa y, por lo tanto, no puede ser adecuado para personas que son intolerantes a la lactosa (para las cuales hay leche especial sin lactosa o sustitutos vegetales, como arroz o leche de soya).

Composición media de la leche de varias especies y valor energético *

tipo

de leche

Residuo seco%

% De grasa

% De proteína

caseína

% de la

total

proteína

suero

% de la

proteína total

% De lactosa

Cenizas%

Valor energético kj / kg

humano

12:43

03:38

1.64

35

65

6.69

doce y veintidós

2855.6

Asina

9.61

una y veintiuna

1.74

33

67

06:23

doce y cuarenta y tres

1939.4

cavalla

09:52

0.85

02:06

na

na

06:26

doce y treinta y cinco

1877.8

Bovina

12:38

03:46

03:43

80

20

4.71

0, 78

2983.0

cabra

13:23

4.62

03:41

84

16

04:47

0, 73

3399.5

oveja

19:52

07:54

06:17

84

16

4.89

0.92

5289.4

(*) La composición de la leche de burra, como la de otras especies animales, varía de acuerdo con la etapa de alimentación y de lactancia; los datos que se muestran en la tabla, tomados de los estudios de varios autores, representan valores promedio.