¿Para qué es el cepillo?

El cepillo es una herramienta para la higiene bucal diseñada para lograr una limpieza profunda entre el diente y el diente, eliminando los depósitos de placa de los espacios interdentales delgados donde normalmente no llega el cepillo.

Para ello, el cepillo apoya de manera excelente la acción de los clásicos protagonistas de la higiene bucal: el cepillo de dientes, la pasta de dientes y el enjuague bucal.

De manera similar al hilo dental, el cepillo debe deslizarse suavemente en el espacio entre el diente y el diente: de esta manera, los residuos de alimentos, placa y bacterias también se eliminan de los espacios interdentales a los que el cepillo de dientes no tiene acceso.

Cuando ni el cepillo ni la seda común se usan regularmente, las bacterias ocultas en la placa y encerradas entre dos dientes vecinos permanecen y proliferan incluso en el caso del uso regular y excelente del cepillo de dientes eléctrico o tradicional.

Como se hace

Para dar una idea inmediata de la estructura del cepillo, pensamos en un cepillo diseñado para limpiar botellas de vidrio; una esponja para lavavajillas común no podría limpiar cuidadosamente el espacio dentro de la botella, ya que la superficie de la esponja es demasiado grande para entrar por la pequeña ranura en el cuello. Ahora, comparemos el cuello de la botella con un espacio interdental y la esponja con el cepillo de dientes: la filosofía es casi la misma: una esponja no puede entrar desde el cuello de la botella (así que limpiar el interior) como un cepillo de dientes no puede eliminar la suciedad y las bacterias encajadas entre diente y diente.

Aquí, entonces, la única solución para limpiar en profundidad el interior de la botella es obtener un cepillo especial especialmente diseñado: esta herramienta estará equipada con un cuerpo metálico flexible en el cual se fijarán cerdas suaves que se pueden limpiar adecuadamente El interior de la botella. Asimismo, se diseñó un instrumento para eliminar los residuos de comida y placa de las grietas interdentales: el cepillo.

Esta herramienta "extraña" consta de dos partes:

  1. Cabeza: presenta un núcleo central de metal semiflexible en el que se insertan cerdas de diferente longitud y grosor. Las cerdas, generalmente de fibra artificial, están dispuestas de tal manera que forman un pequeño cilindro o un cono.
  2. Mango: la longitud del mango es comparable a la de un cepillo de dientes común. El grosor de la empuñadura, sin embargo, es generalmente mucho más delgado.

Elección del pincel

Es importante elegir el cepillo de acuerdo con las características de sus dientes, para evitar forzar demasiado el surco gingival, crear una hinchazón inútil o causar sangrado de las encías.

Hay muchos tipos de cepillos, que se distinguen por la longitud del mango y las características de las cerdas. En el mercado hay disponibles hisopos con cerdas de 1, 9 mm a 2, 7 mm de longitud. Algunos cepillos tienen un mango tan largo como un cepillo de dientes tradicional; otros, por otro lado, los del bolso, tienen una cabeza pequeña, fijada en asas retráctiles y equipadas con una caja segura para la higiene. Luego hay algunos cepillos desechables, que se tirarán a la basura después de una primera aplicación. Más a menudo, recomendamos utilizar pinceles intercambiables, probablemente la variante más barata y más eficiente. Estos cepillos pueden ser reutilizados 5-10 veces; Posteriormente, la cabeza se reemplaza por una nueva, manteniendo siempre el mismo asa.

¿Cepillo o hilo dental?

Como se indicó en el párrafo anterior, la elección de la herramienta más adecuada para limpiar los espacios interdentales depende de la estructura de los dientes. El hilo dental clásico es, sin duda, más adecuado para eliminar los restos de alimentos encajados entre grietas interdentales de dimensiones muy estrechas y reducidas. El cepillo, mientras ejerce la misma función, es más útil para limpiar grandes espacios interdentales. Por diversas razones (como la caída de los dientes), a medida que la edad avanza, los dientes comienzan a "hacer espacio", creando así grandes fisuras interdentales.

Por ejemplo, en el caso de apiñamiento dental y dientes torcidos, no se recomienda el cepillo porque el espacio entre el diente y el diente impide que el instrumento realice su función de limpieza correctamente. En tales circunstancias, la seda dental puede eliminar la suciedad más fácilmente.

Se recomienda delegar en el higienista dental o en su dentista la elección de la herramienta más adecuada para la limpieza interdental, ya sea un cordón interdental común, un palillo de dientes, un cepillo o cualquier otro tipo de hilo dental.

Alternativas al pincel.

Los pacientes que presentan espacios interdentales evidentes, pero a quienes por alguna razón no les gusta el uso del cepillo, pueden usar otras herramientas diseñadas específicamente para la higiene interdental. Entre estos, los más adecuados parecen ser cuñas de madera y palillos de plástico, indicados para eliminar pequeños trozos de comida y placa incrustados en amplios espacios interdentales. Las cuñas de madera son relativamente flexibles y su particular sección triangular les permite adaptarse perfectamente a la estructura natural del espacio interdental. A diferencia de la variante de plástico, estos palos de madera puntiagudos tienden a romperse fácilmente; por lo tanto, muchos pacientes afirman preferir palillos de plástico, con una vida útil significativamente más larga. Los últimos, sin embargo, tienen la desventaja de ser más rígidos, por lo que no se adaptan perfectamente al espacio interdental.

En comparación con las alternativas descritas anteriormente, el cepillo es objetivamente mejor porque limpia profundamente el espacio entre el diente y el diente de una manera muy delicada. Además, al ejercer una mayor acción sobre la encía, el cepillo estimula la microcirculación, demostrando una extraordinaria presencia dental en presencia de encías retiradas.

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