salud del corazon

Infarto e inflamación crónica.

Hoy sabemos que la inflamación crónica es un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de muchas enfermedades, incluidos los llamados "grandes asesinos", como las temibles enfermedades cardiovasculares, los derrames cerebrales, la diabetes y el cáncer. La presencia de una sola de estas enfermedades, a su vez, apoya y aumenta la situación inflamatoria que favorece el desarrollo de nuevas patologías.

La inflamación es un mecanismo muy importante para la salud humana, esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Si recibimos una herida, comenzamos una reacción inflamatoria aguda, que favorece la eliminación de cualquier agente patógeno o cuerpo extraño penetrado en la lesión y sienta las bases para los procesos de reparación de la herida. Desafortunadamente, como todos sabemos, la reparación de la herida no reconstruye la piel exactamente como estaba antes, sino que da lugar a la formación de una cicatriz .

Ahora, todo el proceso inflamatorio está regulado por una serie de sustancias, llamadas citoquinas, presentes en la sangre y responsables de coordinar la función de las células involucradas en la inflamación.

Si nuestra herida no se cura bien y está sujeta a infecciones continuas, la inflamación dura con el tiempo y se vuelve crónica. Grandes cantidades de citoquinas fluyen hacia la sangre creando daños incluso en tejidos sanos lejos de la lesión. Al simplificar el concepto, los mismos eventos que conducen a la curación de heridas pueden provocar daños en los tejidos de los órganos sanos.

A nivel cardíaco, por ejemplo, la inflamación es un paso importante en la formación de placas ateroscleróticas, que de hecho son depósitos de grasa llenos de glóbulos blancos y tejido cicatricial. Del mismo modo, a nivel de las islas langheranas, la presencia de inflamación crónica favorece el deterioro funcional de las células responsables de la síntesis de insulina. Esto explica por qué los estudios epidemiológicos muestran que, por ejemplo, una gingivitis crónica común aumenta el riesgo de ataque cardíaco.

No es sorprendente que se haya encontrado que los niveles altos de PCR (proteína C reactiva) están asociados con un mayor riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y desarrollo de diabetes. El hecho de que algunos fármacos hipocolesterolémicos o hipoglucemiantes, como glitiazoni y estatinas, también tenga efectos positivos en la reducción de los niveles de PCR no parece aleatorio.