salud intestinal

Rettoscopia - Proctoscopia

La proctoscopia es un método de diagnóstico dirigido a la observación endoscópica del canal anal (anoscopia) y del canal rectal (rectoscopia). Para este propósito se utiliza un instrumento especial, conocido como rectoscopio o proctoscopio, introducido después de la lubricación a través de la abertura anal; es básicamente un tubo de metal con un soporte de ápice y una posible lupa para observar mejor la región examinada. Un instrumento similar, pero de menor longitud, se utiliza para estudiar solo el canal anal (anoscopia).

Para permitir una visualización adecuada de las paredes rectales durante la proctoscopia, es bueno que éstas se limpien adecuadamente. A este respecto, el mismo centro de endoscopia digestiva da instrucciones precisas al paciente; en general, el día anterior al examen, se le solicita que practique un enema con un litro de agua tibia o una preparación especial disponible en la farmacia; La misma operación debe realizarse unas horas antes de la cita. No se requieren regulaciones dietéticas especiales, ni el uso de laxantes (desaconsejado).

Para facilitar el examen de las paredes del recto, se le pide al paciente que se desvista de la cintura para abajo y se arrodille en el sofá, inclinando el tronco hacia adelante y curvando la espalda para facilitar el examen rectal (posición pectoral genuina que se muestra en el centro de la figura); alternativamente, se puede solicitar la posición del lado izquierdo (conocida como la posición de los Sims). Si bien es una posición embarazosa, es importante que se mantenga tratando de permanecer inmóvil. La inserción del proctoscopio está precedida por el examen visual de la abertura anal y por la exploración manual del ano y el recto (el médico inserta la punta del índice derecho del canal anal derecho en el canal anal). Una vez finalizado este examen, el rectoscopio se introduce suavemente después de una lubricación completa. Después de alcanzar la profundidad deseada y retirar el obturador, el instrumento sale lenta y delicadamente, haciendo movimientos circulares, para tener una vista directa de las paredes rectal y anal. En la eventualidad, se pueden insertar otros instrumentos dentro del canal central, para tomar una pequeña muestra de tejido (biopsia) para examinarla más adelante en el laboratorio. Además, el aire a menudo se insufla para extender las paredes del recto y hacerlas más fáciles de explorar.

La operación no suele ser dolorosa, a lo sumo molesta; sin embargo, bajo ciertas condiciones, el examen se realiza bajo anestesia local.

Existen numerosas patologías que pueden objetarse mediante la proctoscopia, que se diagnostica en presencia de sangrado rectal, hemorroides, pólipos anales o rectales, carcinoma del canal o recto anal, fístulas anales, heridas y traumas de esta región. La rectoscopia también tiene aplicaciones terapéuticas potenciales, especialmente para la resección de pólipos o tumores y el tratamiento de las hemorroides (por ejemplo, para realizar inyecciones esclerosantes o para operaciones de crioterapia selectiva).

Los resultados de la proctoscopia están disponibles al instante, pero en el caso de las biopsias, el informe se entrega después de unos días.

Hoy en día, el procedimiento tradicional ilustrado en el artículo se está retirando lentamente a favor de la llamada videoproctoscopia digital, en la que la ayuda de una microcámara le permite ver imágenes ampliadas en la pantalla correspondiente y grabarlas en un soporte magnético, con la posibilidad de verlas a diferentes Acelerar y compararlos con los resultados de exámenes rectoscópicos futuros o previos.