fisiología

Endorfinas

¿Qué son las endorfinas?

Las endorfinas son sustancias químicas producidas por el cerebro y dotadas de una potente actividad analgésica y emocionante. Su acción es similar a la morfina y otros opioides.

El interés científico hacia las endorfinas comenzó en los años alrededor de 1970, cuando los estudios sobre el efecto de algunos opiáceos exógenos (como la morfina) llevaron al descubrimiento de receptores específicos dentro del sistema nervioso central. Por lo tanto, se planteó la hipótesis de que el cerebro mismo era capaz de sintetizar la "morfina endógena" que se denominaba, de hecho, endorfinas.

Actualmente hay cuatro clases distintas de endorfinas, conocidas respectivamente como "alfa", "beta", "gamma" y "delta".

También sintetizados en la glándula pituitaria, en las glándulas suprarrenales y en algunas partes del tracto digestivo, estos péptidos tienen sus receptores en varias áreas del sistema nervioso central, donde se concentran sobre todo en áreas de percepción del dolor.

Además de aumentar la tolerancia al dolor, las endorfinas están involucradas:

  • En la regulación del ciclo menstrual.
  • En la secreción de otras hormonas como la GH, la ACTH, la prolactina, las catecolaminas y el cortisol.
  • en el sentido de bienestar y satisfacción que surge al final de una relación sexual
  • en el control del apetito y la actividad gastrointestinal
  • en termorregulación
  • en la regulación del sueño

La liberación de endorfinas circulatorias ocurre en circunstancias particulares, entre las cuales la actividad física desempeña un papel particular.

También se produce un aumento de la concentración plasmática de estas sustancias durante terapias analgésicas como la acupuntura, la electroestimulación y el masaje deportivo.

La participación de las endorfinas en el control de la actividad nerviosa se ha estudiado durante mucho tiempo y el papel de estas sustancias en algunos aspectos aún no se ha aclarado por completo.

El aspecto más fascinante e interesante de las endorfinas reside en su capacidad para regular el estado de ánimo. Durante situaciones especialmente estresantes, nuestro cuerpo intenta defenderse mediante la liberación de endorfinas que, por un lado, ayudan a soportar mejor el dolor y, por otro lado, afectan positivamente el estado de ánimo.

Las endorfinas por lo tanto tienen la capacidad de darnos placer, gratificación y felicidad, ayudándonos a enfrentar mejor el estrés. La interacción de estas sustancias con otras hormonas y neurotransmisores de acuerdo con los descubrimientos más recientes sería la base de muchos aspectos de la esfera psicológica y sexual del hombre. Al estudiar las concentraciones plasmáticas de estas sustancias en situaciones particulares (traiciones, maternidad, amor, sexo, encaprichamiento, etc.), se ha descubierto que existe una fuerte correlación entre las situaciones mencionadas anteriormente y la cantidad de endorfinas y otras sustancias presentes en la sangre.

La dependencia de algunas drogas, como la heroína, se explica por la inhibición de la producción endógena de endorfinas. De hecho, dentro de nuestro cuerpo, la heroína reemplaza el papel natural de estas sustancias al inhibir su producción. Cuando dejamos de tomar esta droga mortal, los niveles plasmáticos de endorfinas son extremadamente bajos y esto se correlaciona con la sensación de cansancio, insatisfacción y malestar general que lleva al adicto a buscar una nueva dosis.

Las endorfinas y la actividad física.

La síntesis de opioides endógenos, como las beta-endorfinas, aumenta en respuesta al ejercicio físico. Aunque este aumento es subjetivo en promedio, las concentraciones plasmáticas de estas hormonas aumentan, tanto en hombres como en mujeres, en un 500%.

Esto explica perfectamente ese sentimiento innegable de euforia y bienestar que surge después de practicar un poco de actividad física. La reducción de la ansiedad, el estrés, la ira y el control del apetito son propiedades beneficiosas adicionales de las endorfinas que también tienen un potente efecto analgésico relacionado con la reducción de la percepción del dolor.

Este último punto es probablemente el significado fisiológico de aumentar la tolerancia a la fatiga prolongada. No es una coincidencia que en los sujetos altamente entrenados haya una degradación más lenta de los opioides endógenos producidos durante la actividad física.

Las endorfinas tendrían un efecto positivo adicional en el rendimiento deportivo al mejorar la coordinación de los movimientos y el reclutamiento de las fibras musculares.

¿Atletas adictos a la endorfina adictos?

Un poco como el chocolate y el humo, las endorfinas también pueden ser adictivas. ¡Esto explicaría por qué hay tantos atletas endurecidos que en lugar de saltarse un ejercicio preferirían someterse a algún tipo de tortura! Conclusión quizás un poco arriesgada, pero ciertamente tiene una base científica en el aumento de la sensibilidad a las endorfinas encontradas en sujetos entrenados.

Ver también: entrenamiento y endorfinas.