traumatología

Meniscopatía - Meniscopatie

generalidad

El término "meniscopatía" se refiere al conjunto de lesiones que pueden afectar a los meniscos.

Las meniscopatías se encuentran en la categoría de los trastornos más comunes que pueden afectar la rodilla.

Las enfermedades de menisco pueden ocurrir en todo tipo de pacientes, tanto hombres como mujeres. Sin embargo, de forma indicativa, se estima que más del 50% de las meniscopatías son diagnosticadas por atletas.

Funciones de los meniscos.

Los meniscos son estructuras fibrocartilaginee en forma de "C", ubicadas al nivel de la rodilla y ubicadas entre la tibia y los cóndilos del fémur. Dentro de cada rodilla podemos distinguir un menisco lateral y un menisco medial.

Los meniscos tienen muchas funciones fundamentales en el sistema musculoesquelético. Más específicamente, los meniscos:

  • Proteger la articulación contra daños debidos a hiperexpansión e hiperflexión;
  • Ayudan al cartílago a absorber los choques;
  • Juegan un papel de amortiguadores y distribuyen uniformemente las cargas que se les aplican;
  • Estabilizar toda la articulación.

Causas y tipos de meniscopatías

Como se mencionó, el término meniscopatía es un término genérico, con el cual queremos indicar un conjunto variado de lesiones contra el menisco. Estas lesiones, sustancialmente, se pueden dividir en dos grandes grupos, dependiendo de la causa que subyace a su desarrollo:

  • Meniscopatías de origen traumático: estas meniscopatías son causadas por traumas y son más frecuentes en atletas y en pacientes jóvenes. En este caso, las lesiones son causadas por el estrés excesivo de los meniscos, con la superación de la resistencia máxima del tejido meniscal.
  • Meniscopatías de origen degenerativo : estas meniscopatías, por otra parte, ocurren principalmente en la vejez. En este caso, el tejido que compone los meniscos se enfrenta a una degeneración que progresa con el tiempo. Las lesiones de este tipo generalmente surgen después de la ejecución de movimientos aparentemente triviales.

Las meniscopatías pueden ocurrir en ambos meniscos, pero el menisco medial es el más afectado.

diagnóstico

Generalmente, el médico y especialmente el ortopedista son capaces de identificar las meniscopatías con una simple visita ambulatoria, a través de la entrevista con el paciente y mediante el análisis de los síntomas que presenta.

Sin embargo, para estar seguro del diagnóstico de meniscopatía, generalmente el médico debe recurrir a la realización de investigaciones instrumentales, como la resonancia magnética y la tomografía computarizada.

Los síntomas

Los síntomas que caracterizan a la meniscopatía pueden ser diferentes según la causa desencadenante.

Por supuesto, el principal síntoma causado por las meniscopatías es el dolor . Sin embargo, este síntoma particular puede manifestarse de manera poco clara, es decir, puede que ni siquiera aparezca de inmediato, pero solo después de un tiempo, especialmente cuando las lesiones meniscales son leves. En otros casos, sin embargo, el dolor solo puede aparecer o intensificarse cuando se realizan ciertos movimientos.

Sin embargo, junto con el dolor, otro síntoma característico de las meniscopatías es la inflamación de la rodilla, que puede estar asociada con otras manifestaciones, como rigidez, bloqueo articular, dificultad para flexionar o extender la articulación, crujir de la articulación, pérdida De fuerza muscular y / o hipotrofia del cuadriceps.

tratamiento

El tratamiento de las meniscopatías puede variar según el tipo de lesión meniscal y su gravedad, pero también según la edad del paciente.

Básicamente, se pueden emprender dos estrategias terapéuticas diferentes: la conservadora y la quirúrgica. La terapia conservadora puede ser eficaz para resolver el problema solo en el caso de meniscopatías leves, mientras que en las formas más graves, la cirugía suele ser la única solución posible.

Terapia conservadora

La terapia conservadora de los desgarros de menisco implica principalmente la inmovilización y el resto de la extremidad afectada. En combinación con el descanso, se pueden aplicar bolsas de hielo en la rodilla afectada. Al hacerlo, intentamos reducir tanto el dolor como la hinchazón característicos de las meniscopatías.

Si el médico lo considera necesario, también puede decidir prescribir la administración de antiinflamatorios no esteroideos (o AINE), como el ibuprofeno. De hecho, estos medicamentos son muy útiles tanto para el control del dolor causado por la lesión como para reducir la inflamación.

La cirugía

Si la terapia conservadora no es suficiente, entonces el médico puede considerar que es necesario recurrir a la cirugía. Actualmente, ya no es necesario eliminar todo el menisco como era habitual en el pasado, pero, cuando es posible, se sutura la parte dañada.

Si no es posible realizar una sutura de la parte comprometida, entonces solo se puede extraer la porción dañada del menisco.

En cualquier caso, siempre intentamos evitar la eliminación total de los meniscos . De hecho, al eliminar completamente el menisco, los pacientes están expuestos a un alto riesgo de desarrollar artritis y enfermedades degenerativas de manera temprana.

Naturalmente, después de la intervención quirúrgica, el paciente deberá someterse a una rehabilitación específica, cuyo objetivo es recuperar la movilidad, la flexibilidad articular y el tono muscular de la extremidad afectada por la meniscopatía.

Para concluir, se debe enfatizar que el tratamiento quirúrgico se realiza principalmente en casos de meniscopatías de tipo traumático, ya que en las meniscopatías degenerativas tal tratamiento puede no tener los efectos deseados, incluso puede ser contraproducente.