dieta y salud

Dieta y fracturas óseas.

Cuando nos sometemos a una fractura, nuestros huesos reaccionan al trauma: sintetizan nuevas células, reciben más sangre y se reparan lentamente. Gracias a este proceso, la mayoría de las fracturas sanan en seis semanas. Sin embargo, algunos huesos están poco vascularizados y requieren mayores tiempos de recuperación (p. Ej., Fractura del cuello femoral o tibia).

Para facilitar este proceso de curación, además de la inmovilización y las posibles intervenciones quirúrgicas, es muy importante seguir una dieta adecuada.

Dieta y fracturas

Ver también: dieta y osteoporosis.

El tiempo para curarse de una fractura depende de la disponibilidad efectiva de todos los nutrientes necesarios para reparar el hueso lesionado.

  • CALCIO: junto con la vitamina D es fundamental para la salud ósea y para la prevención de la osteoporosis. Se encuentra principalmente en productos lácteos y bluefish. Incluso algunas verduras son ricas en calcio pero en una forma menos absorbible por el cuerpo.

    Otros vegetales, como la espinaca y la remolacha, reducen significativamente la absorción intestinal de este precioso mineral; por lo tanto, deben estar limitados en las dietas para la recuperación de fracturas óseas.

  • ALCOHOL, SODIO Y CAFEÍNA: reducen la absorción de calcio y facilitan su eliminación; Durante la curación de una fractura, su consumo debe por lo tanto reducirse.
  • VITAMINA D: facilita la absorción intestinal de calcio. Es producido por la piel gracias a la acción de los rayos solares. Las deficiencias de calciferol son raras y se encuentran especialmente en los ancianos durante los meses de invierno. Para aumentar los niveles de esta vitamina en la dieta, es importante consumir la cantidad correcta de huevos, salmón, mantequilla y leche.
  • FÓSFORO: fundamental para la mineralización ósea y dental. Los casos de deficiencia rara vez ocurren, ya que este mineral se encuentra en la mayoría de los alimentos de origen animal y vegetal.
  • VITAMINA A: juega un papel importante en la síntesis de proteínas y en la formación de huesos y esqueletos; También es un poderoso antioxidante natural. Se encuentra principalmente en alimentos de origen animal tales como carne, despojos, algunos pescados, huevos, leche, queso, mantequilla y, en forma de precursores (carotenoides) en frutas y verduras de color amarillo y rojo.
  • VITAMINA C: es muy importante para la síntesis de colágeno, una proteína fibrosa necesaria para la reparación de fracturas (el colágeno forma el tejido conectivo necesario para la constitución no solo de los huesos, sino también de los tendones, dientes, ligamentos y cartílagos). Al igual que la vitamina A, la vitamina C también se encuentra en frutas y verduras (especialmente cítricos, kiwi, brócoli, fresas, tomates y pimientos). En cambio, está ausente en alimentos de origen animal (excepto algunos despojos).
  • VITAMINA K: interviene en la síntesis de algunas proteínas esenciales para el metabolismo óseo. Numerosos estudios recientes atribuyen a esta vitamina un papel importante en la prevención de la osteoporosis. Sin embargo, la deficiencia de vitamina K es muy rara, ya que se distribuye ampliamente en los alimentos y porque el cuerpo puede regular muy bien su síntesis y eliminación.
  • VITAMINA B12: junto con el ácido fólico, el cobre y el hierro, aumenta la producción de glóbulos rojos en la médula ósea; Por lo tanto, es esencial en las primeras etapas de la recuperación después de una cirugía de reducción de fractura.
  • ZINC: facilita la cicatrización de heridas y reduce los tiempos de curación. Fuentes alimenticias: huevos, lechuga, frijoles, espinacas (contraindicadas porque son ricas en oxalato), guisantes, moluscos, levadura de cerveza, cebada, avena y cacahuetes.
  • COBRE: contribuye, junto con la vitamina C, a la formación de colágeno.

Que comer

  • Por lo tanto, es importante adoptar una dieta rica en frutas y verduras para facilitar la reparación ósea después de una fractura.

    La única excepción es para los alimentos ricos en oxalatos (cacao, remolacha roja, espinaca, perejil, maní, ruibarbo y té) que deben consumirse con moderación.

  • También es necesario tomar alimentos ricos en calcio como los productos lácteos, prefiriendo aquellos con un contenido reducido de lípidos (leche y yogur descremados, total o parcialmente, mozzarella, certosino, robiola, crescenza y copos de leche).
  • Finalmente, es importante no excederse con el té, el café, el alcohol y la sal de cocina (teniendo en cuenta que muchos alimentos envasados, como los bocadillos salados, contienen cantidades importantes).