diagnóstico de enfermedad

Artrosis: diagnóstico, tratamiento y prevención.

diagnóstico

Se basa en los síntomas y en el examen radiológico (rayos X). Este último puede resaltar las deformaciones de la articulación, representadas por una reducción de la línea articular (el espacio entre las dos extremidades de la articulación), los osteofitos y los posibles quistes óseos (geodas).

Curso y evolución

La artrosis es una enfermedad crónica, y por esta razón tiene un curso lentamente progresivo e incapacitante. Las lesiones óseas son irreversibles, pero el dolor puede ser intermitente, con fases de exacerbación y fases de bienestar, y a menudo disminuye con la progresión de la enfermedad, dejando espacio para las deformidades, que son permanentes. El curso y el pronóstico dependen mucho de la articulación afectada, del abuso funcional de la misma y de la posibilidad de corregir la causa predisponente.

terapia

Un tratamiento eficaz de la osteoartritis presupone la corrección de las causas favorables: pérdida de peso en los obesos, corrección ortopédica del varo o valgo, escoliosis y dislocación de la cadera, modificación de actividades laborales potencialmente dañinas.

La gimnasia dirigida puede corregir las posiciones estropeadas, fortalecer los músculos de apoyo, recuperar la motilidad articular o facilitar la aceptación de un impedimento parcial.

La aplicación de calor (diatermia, ultrasonido, almohadillas térmicas, baños de parafina, ejercicios con piscina climatizada) puede aliviar temporalmente el dolor y atenuar el espasmo muscular.

Los AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos) son útiles para aliviar el dolor y para facilitar la movilización articular durante ciclos cortos de terapia. Su uso prolongado no se recomienda para posibles efectos secundarios (gastritis y úlceras), ya que se deben evitar los opioides (morfina) debido al riesgo de adicción y cortisona, ya que favorece la osteoporosis. Las intervenciones quirúrgicas, especialmente en la cadera, pueden restablecer la función articular modificando las relaciones entre las dos cabezas articulares o reemplazándolas con una prótesis.

Prevención y actividad física.

La prevención de la artrosis se basa en el control de los factores de riesgo. En este sentido, es necesario evitar el sobrepeso, las posiciones obsoletas y las cargas excesivas y repetidas.

Muy a menudo leemos que la actividad física excesiva favorece la co

mparsa de artrosis y, por lo tanto, debe evitarse absolutamente si la enfermedad ya ha afectado la articulación. En realidad, no hay nada más malo. Es cierto que la aparición de problemas cartilaginosos es común en muchos atletas, pero también es cierto que a menudo ocurre después de traumas. Además, debe recordarse que incluso en el caso de la artrosis establecida, la actividad física dirigida puede aliviar el dolor y mejorar la movilidad articular. Finalmente, recuerdo que el deterioro de la calidad muscular en los ancianos conduce a una concentración prevalente de la carga en la parte medial de la rodilla. Esta sobrecarga, una causa o una causa contributiva de osteoartritis se puede evitar fortaleciendo los músculos de las extremidades inferiores.

Es aconsejable realizar un programa regular basado en estiramientos ligeros y ejercicios para la recuperación de la movilidad articular. Es muy importante realizar un calentamiento muscular adecuado antes de comenzar el programa de entrenamiento, proteger las articulaciones de traumas e impactos, elegir calzado con la máxima amortiguación, ropa adecuada y elegir superficies suaves para realizar los ejercicios.

El ejercicio ayuda a mejorar el estado de ánimo y la apariencia, disminuye el dolor, aumenta la elasticidad y mantiene el peso corporal bajo control, mejora el equilibrio y disminuye el riesgo de caídas.

En presencia de osteoartritis es recomendable practicar ciclismo, ya que el músculo funciona por igual pero la rodilla está en el drenaje; La articulación no se ve obligada a soportar todo el peso del cuerpo, como ocurre, por ejemplo, durante el baile, el caminar y, especialmente, la carrera (actividades que son muy útiles en presencia de osteoporosis no avanzada).

La natación y las actividades acuáticas también son ejercicios beneficiosos porque hacen que los movimientos sean más naturales y menos estresantes para la rodilla (con la excepción de la natación de ranas que causa mayor estrés intraarticular).

Suplementos dietéticos, dieta y prevención de la artrosis.

En los últimos años, el uso de sustancias como el sulfato de glucosamina, el sulfato de condroitina y el ácido hialurónico (un componente del líquido sinovial con una importancia fundamental en la lubricación de las articulaciones) es cada vez más importante para tratar y prevenir la patología artrítica. .

La dieta también juega un papel importante:

Una dieta rica en antioxidantes, equilibrada, baja en alcohol y no muy rica en alimentos de origen animal, ayuda a mantener las articulaciones saludables. Por lo tanto, la dieta debe estar orientada hacia la limitación de los agentes oxidantes y acidificantes que proporcionan todos los nutrientes que el cuerpo necesita (en particular vitaminas, omega-3, minerales y agua). El consumo de pescado es muy importante, asociado con la moderación de las porciones diarias de frutas secas y aceites de semillas.

¿SABÍA USTED QUE: La artrosis no debe confundirse con la artritis reumatoide? Mientras que el primero ocurre debido a sobrecargas, eventos traumáticos y procesos generalmente degenerativos relacionados con el envejecimiento, la artritis reumatoide es causada por una infección de origen viral o bacteriano.