traumatología

Síntomas del síndrome compartimental

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definición

El síndrome compartimental es una afección patológica debido al aumento de la presión tisular en un espacio anatómico cerrado, que evoluciona hacia una isquemia local.

El síndrome compartimental se debe a una cascada de eventos, que comienzan con la aparición de un edema tisular después de un evento traumático (se asocia, por ejemplo, con la inflamación de los tejidos blandos o la formación de un hematoma). Si este proceso ocurre dentro de un compartimento fascial (típicamente en la logia muscular anterior o posterior de la pierna), hay poco espacio para la expansión del tejido, por lo que la presión intersticial aumenta y la perfusión celular disminuye.

A medida que avanza la isquemia local, los músculos se necrotizan, lo que a veces conduce a rabdomiólisis e infecciones; estas complicaciones pueden causar la pérdida de una extremidad y, si no se tratan, la muerte.

El síndrome compartimental se encuentra con más frecuencia en casos de fracturas musculares severas y hematomas. A veces, el trastorno depende de la inmovilización con guardianes, vendajes apretados y otros dispositivos rígidos que limitan la hinchazón, lo que aumenta la presión del compartimento. Sin embargo, en raras ocasiones, el síndrome compartimental es consecuencia de mordeduras de serpientes, sobredosis de drogas (p. Ej., Heroína o cocaína) y esfuerzos severos.

Síntomas y signos más comunes *

  • contusión
  • Calambres musculares
  • Dolores musculares
  • Dolor en las piernas
  • Piernas hinchadas
  • Piernas cansadas, piernas pesadas
  • palidez
  • parestesia
  • rabdomiolisis

Direcciones adicionales

El síntoma más temprano del síndrome compartimental es el dolor intenso, generalmente desproporcionado a la gravedad de la lesión visible. Posteriormente, se manifiestan otros signos característicos de isquemia tisular: entumecimiento, parestesias, pérdida de la función motora del miembro afectado y parálisis.

El diagnóstico se basa en la medición de la presión del compartimiento (en condiciones normales es ≤ 20 mmHg).

El tratamiento debe iniciarse antes de que se desarrolle la palidez o la ausencia de pulsaciones (índices de necrosis). Esto proporciona un enfoque conservador con fármacos analgésicos, elevación de extremidades, aplicación de hielo y uso de férulas. Las presiones de compresión superiores a 40 mmHg generalmente requieren una fasciotomía inmediata.

Si los músculos se necrotizan, puede ser necesaria la amputación de la extremidad afectada.