síntomas

Síntomas de la fiebre hemorrágica de Marburg

definición

La fiebre de Marburgo es una enfermedad hemorrágica viral grave, prevalente en algunas partes del África subsahariana.

El virus de Marburg pertenece a la familia Filoviridae y es muy similar al que causa el Ébola. La transmisión entre humanos se produce por contacto directo con sangre, secreciones y fluidos biológicos (vómito, saliva, moco y esperma) de una persona afectada por el virus, o indirectamente a través de la manipulación de objetos contaminados. El contagio también puede ocurrir a través de las relaciones sexuales y picaduras con jeringas y agujas infectadas. Los pacientes son contagiosos durante las últimas etapas de la enfermedad, cuando las manifestaciones hemorrágicas se vuelven evidentes. El virus de Marburg también puede transmitirse a los seres humanos para la exposición a animales infectados, como los murciélagos o primates.

Síntomas y signos más comunes *

  • alopecia
  • anorexia
  • arritmia
  • astenia
  • Atrofia testicular
  • Aumento de la ESR
  • escalofríos
  • caquexia
  • coma
  • conjuntivitis
  • convulsiones
  • Calambres abdominales
  • diarrea
  • deshidratación
  • Desorientación temporal y espacial.
  • disnea
  • Dolor abdominal
  • Dolor de pecho
  • Dolores en las articulaciones
  • Dolores musculares
  • hematomas
  • hematemesis
  • Hemorragia gastrointestinal
  • hemoptisis
  • hepatomegalia
  • erupción
  • Facilidad de sangrado y moretones
  • faringitis
  • fiebre
  • Fecio De Guisantes
  • fotofobia
  • hipotensión
  • hipovolemia
  • ictericia
  • letargo
  • leucopenia
  • Ganglios linfáticos agrandados
  • máculas
  • Dolor de garganta
  • Dolor de cabeza
  • Masa o hinchazón en el testículo.
  • melena
  • náusea
  • Ojos rojos
  • pápulas
  • Perdida de peso
  • petequias
  • trombocitopenia
  • proteinuria
  • Sangre de la nariz
  • Sangre en las heces
  • Sangre en la orina
  • Sangrado vaginal
  • Sangrado de las encías
  • modorra
  • esplenomegalia
  • Estado confusional
  • vómitos

Direcciones adicionales

La fiebre hemorrágica de Marburgo tiene un período de incubación de aproximadamente 9 días (con una variabilidad entre 3 y 21 días). La enfermedad comienza repentinamente con fiebre alta (39-40 ° C), dolores de cabeza, mialgias, artralgias, dolor torácico, faringitis y malestar, seguidos de síntomas gastrointestinales como vómitos, diarrea y dolor abdominal. Después de aproximadamente 5 días, puede aparecer una erupción maculo-papular, especialmente en el tronco. Posteriormente, la enfermedad puede tomar un curso hemorrágico que se presenta con petequias, vómitos con sangre, epistaxis, sangrado de las encías, la vagina y el recto. En las formas más graves, se observa un empeoramiento dramático del estado del paciente y se observa hepatoplasomegalia, orquitis, pancreatitis, miocarditis y afectación del sistema nervioso central (desorientación, trastornos psicóticos, convulsiones y coma).

La fiebre hemorrágica de Marburgo tiene una alta tasa de letalidad. La muerte se produce debido a un shock cardiocirculatorio debido a un sangrado múltiple y una falla orgánica múltiple (hepática, renal, etc.).

La infección por el virus de Marburg se sospecha en pacientes con diátesis hemorrágica, fiebre y antecedentes de viaje en áreas endémicas o por exposición a animales de estas áreas. La evaluación incluye la realización de un hemograma, análisis de sangre de rutina, pruebas de función hepática y análisis de orina. Los cultivos celulares, las pruebas serológicas que usan la prueba ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas) y la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) son útiles para detectar el genoma o los antígenos virales.

El diagnóstico se confirma mediante la identificación de los viriones característicos mediante microscopía electrónica de una muestra de tejido infectado (en particular, hígado) o sangre.

El tratamiento es sintomático e implica el control del volumen sanguíneo y el balance de electrolitos. Para contener la propagación de la epidemia, es necesario un estricto aislamiento hospitalario.

Actualmente, una vacuna no está disponible. Por lo tanto, es necesario adoptar comportamientos que eviten el contagio. En particular, en las regiones de África que son endémicas, se recomienda evitar la exposición a personas enfermas, murciélagos o monos.