salud respiratoria

toracocentesis

¿Qué es la toracentesis?

La toracocentesis es una práctica médica utilizada para el diagnóstico y tratamiento de las afecciones pleurales. En particular, la toracocentesis se reserva para patologías como el neumotórax hipertensivo y el derrame pleural, en los cuales existe, respectivamente, la acumulación de aire y líquido dentro de la cavidad pleural.

La toracocentesis es un procedimiento invasivo que se practica bajo anestesia local: el especialista, después de introducir una aguja o una cánula directamente en el tórax del paciente, inhala el líquido o el aire acumulado en exceso.

Indicaciones y contraindicaciones.

VUELO PLEURAL

En el contexto de un derrame pleural, diagnosticado por una radiografía de tórax, es posible proceder con la toracocentesis para extraer el líquido acumulado en el espacio pleural. La muestra así recogida se envía luego al laboratorio de análisis, donde se identificará la naturaleza del agente etiopatológico involucrado en la afección pleural.

La toracocentesis diagnóstica se puede realizar antes de un nuevo episodio de derrame pleural en ausencia de una causa aparente, después de determinar la acumulación anómala de líquido pleural mediante ecografía del tórax.

El mismo procedimiento médico también puede considerarse con fines terapéuticos: el exceso de líquido, acumulado entre las dos hojas serosas que componen la pleura, puede eliminarse por completo mediante una toracentesis. En este sentido, la evacuación del líquido pleural alivia las dificultades respiratorias y el dolor torácico percibido por el paciente que sufre un derrame pleural.

NEUMOTÓRAX

Lo mismo ocurre con el neumotórax: la toracentesis está especialmente indicada para el tratamiento de la variante hipertensiva (o válvula) del neumotórax. La eliminación del aire acumulado en la cavidad pleural promueve la expansión del tórax, facilitando la respiración.

La toracocentesis para tratar el neumotórax hipertensivo solo debe ser realizada por médicos expertos en el campo, ya que el procedimiento puede ser peligroso.

Cuándo proceder con la toracentesis. Cuando no se proceda con toracentesis.
Derrame pleural unilateral

Derrame pleural persistente durante más de tres días.

Derrame pleural y disnea severa.

Derrame pleural de dimensiones importantes (procedimiento no siempre posible)

Derrame pleural con sospecha de infección

Sospecha de presencia de sangre en la cavidad pleural.

Neumotórax hipertensivo (procedimiento no siempre posible)

Insuficiencia cardíaca congestiva con derrame bilateral.

Trastornos de la coagulación

Enfisema pulmonar (también historia previa)

Insuficiencia cardiopulmonar severa

Adhesión pleural establecida.

Infecciones de la pared torácica en el lugar de la inyección.

rotura del diafragma

Paciente que no coopera.

En algunas afecciones clínicas particularmente graves, como el hemotórax, el neumotórax hipertensivo y el derrame pleural grande, el paciente corre el riesgo de sufrir insuficiencia cardiopulmonar grave. En tales circunstancias, donde la acumulación de aire o líquido tiene un fuerte impacto en la función del corazón y los pulmones, es recomendable someter al paciente a una toracotomía (drenaje abierto de la cavidad pleural).

Ejecución de la intervención.

Antes de continuar con la terapia de diagnóstico / evacuación, el paciente debe firmar un formulario en el que declara haber sido informado sobre los objetivos, los métodos y los riesgos de la intervención, dando su consentimiento a la ejecución de la toracentesis. Como se mencionó, antes del procedimiento, se sugiere realizar una radiografía o una ecografía de tórax.

Se recomienda encarecidamente que informe a su médico si es alérgico a ciertos medicamentos, como lidocaína, AINE, ácido acetilsalicílico, etc. También debe informar a su médico de cualquier medicamento que pueda alterar la coagulación de la sangre, como Coumadin, sintrom y aspirina en sí.

Después de haber realizado todos los controles necesarios, es posible proceder con la toracentesis. El paciente, después de ponerse una bata, es invitado a sentarse en una cama o en una mesa, inclinándose hacia adelante y apoyando los codos sobre una superficie sólida. El médico utiliza un estetoscopio para comprender, aproximadamente, el grado de compromiso respiratorio.

Después de esta práctica, se aplica una solución antiséptica (que contiene yodo o clorhexidina) en el tórax del paciente, directamente en el punto donde se realizará la toracentesis. En este punto se inyectará un líquido anestésico.

Posteriormente, la aguja de una jeringa vacía se introduce en la línea del medio escapular o en la línea axilar posterior, hasta que se alcanza la cavidad pleural. Para la extracción de aire del neumotórax hipertensivo, se considera el segundo espacio intercostal en la línea hemiclavic. A medida que la aguja se introduce en la cavidad torácica, se inyecta otro anestésico. Durante esta fase el paciente pudo percibir una presión, ejercida precisamente por la penetración de la aguja a través de los tejidos.

La aspiración del exceso de líquido pleural debe realizarse con extremo cuidado, de forma intermitente.

Para la toracentesis de evacuación (terapéutica) es necesario proceder con la inserción de un catéter de drenaje, que debe avanzar hacia la cavidad pleural bajo succión continua. En esta etapa, el médico puede pedirle al paciente que hable o cante: de esta manera, se minimiza el riesgo de expansión pulmonar, lo que podría entrar en contacto con la aguja.

Por lo general, se requieren 15 minutos para la evacuación del líquido pleural: los pacientes a menudo se quejan de molestias durante la toracentesis y dolor leve en el pecho después del procedimiento.

Cuando se retira el fluido, se realiza un vendaje posterior.

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Consejos útiles y consejos.

medidas
  1. Un paciente que no coopera debe estar ligeramente sedado para evitar complicaciones durante el procedimiento
  2. La localización del derrame pleural debe confirmarse con técnicas de imagen.
  3. La TC o la ecografía permiten identificar con mayor claridad el ángulo de introducción de la aguja.
  4. Para facilitar la toracocentesis, el paciente debe asumir una posición sentada, con la cabeza levantada 30-45 grados. De esta manera, se favorece un abordaje postero-lateral.
  5. Todo el procedimiento de diagnóstico / terapia debe realizarse bajo condiciones antisépticas
  6. La cantidad de líquido aspirado no debe exceder de un litro para evitar el riesgo de desarrollar edema pulmonar.

En pacientes con ventilación mecánica, se recomienda concluir con una radiografía torácica adicional después de la toracentesis para asegurar que el líquido haya sido completamente evacuado.

Toracentesis: resultados, riesgos, complicaciones »