El virus de la fiebre amarilla no se transmite por contagio interhumano directo, sino solo a través de la picadura de mosquitos infectados pertenecientes al género Aedes (en entornos urbanos), Haemagogus y otros mosquitos Sylvan (en la jungla). La especie más involucrada en la transmisión de la fiebre amarilla, tanto en África como en América, es el Aedes aegypti .
Las personas afectadas por la fiebre amarilla, tanto en forma aparente como asintomática, son infecciosas justo antes de la aparición de la fiebre durante todo el período febril (en promedio 5 días). Al alimentarse de una persona con viremia, los mosquitos se vuelven infecciosos después de aproximadamente 2 semanas de la comida de sangre y permanecen así durante toda la vida.
Para evitar una mayor propagación de la fiebre amarilla, es necesario evitar que las mosquitas se propaguen más en personas enfermas aislándolas en ambientes protegidos por mosquiteros, teniendo en cuenta los hábitos "diurnos" de estos insectos.
