deporte

Ansiedad y pánico en el buceo.

Por el Dr. Stefano Casali

premisa

Un estudio reciente mostró que más de la mitad de los sub-expertos experimentados experimentaron un ataque de pánico al menos una vez [1]. Las estadísticas de la DAN (Divers Alert Network) [2] y la Universidad de Rhode Island [3] argumentan que el pánico ha sido responsable del 20-30 por ciento de los accidentes fatales en el buceo y es probablemente la principal causa de muerte en actividades submarinas. En una situación de pánico, el buceador tiene solo una cosa en mente: llegar a la superficie lo más rápido posible; en tales circunstancias, se olvida de respirar normalmente, con el resultado de un posible embolismo de gas arterial. Zeidner [4] señala que las etapas iniciales de muchas formas de estrés pueden asociarse con la ansiedad y subraya que el temor a sufrir un accidente es parte de este último. Este miedo puede ser real o simbólico. Según Zeidner, las principales características de este tipo de ansiedad son:

A. El individuo percibe su situación como amenazante, difícil o exigente;

B. El individuo considera que su capacidad para hacer frente a esta situación es insuficiente;

C. El individuo se enfoca en las consecuencias negativas que resultarán en su falla (para resolver problemas), en lugar de enfocarse en encontrar posibles soluciones a sus dificultades.

La ansiedad persistente durante un largo período de tiempo puede degenerar en un estado de pánico. La ansiedad, sin embargo, siempre se refiere a un sentido excesivo de temor y temor. Caracterizado por síntomas fisiológicos, a veces de tipo neurovegetativo, puede producir síntomas tanto físicos como psicológicos. La ansiedad puede determinar dudas sobre la naturaleza y la realidad de la amenaza, así como las dudas relacionadas con uno mismo relacionadas con la capacidad para hacer frente a la situación. Los síntomas físicos pueden variar mucho, desde la sudoración de las manos y la taquicardia del medio hasta la agitación psicomotora, la parálisis emocional o el desencadenamiento de un ataque de pánico o una reacción fóbica. La diferencia es sólo un hecho técnico.

Los síntomas de ansiedad varían de persona a persona, de una situación a otra e incluso de un momento a otro en el mismo tema.

La ansiedad tiene un propósito muy específico: es una alarma para una amenaza, que tiene un valor de supervivencia. Escapar es la respuesta conductual más típica al miedo. De vez en cuando, sin embargo, se requiere una acción directa (lucha en lugar de escapar) y la activación fisiológica a veces puede provocar una reacción heroica, como atacar a un tiburón o lanzarse a las frías aguas de un río para salvar a un perro que está a punto de ahogarse. Algunos estudios han demostrado que un nivel medio de ansiedad garantiza un rendimiento óptimo en ciertas situaciones. Las personas que experimentan ansiedad leve a moderada tienen un grado de "excitación" que les permite un mejor nivel de rendimiento que las personas que no experimentan ansiedad. Un nivel promedio a veces causa un aumento en la motivación para enfocarse en sus metas. Un exceso tiende, en cambio, a enfocar al individuo en sí mismo y en sus temores lejos de sus metas. Un bajo nivel de ansiedad puede ayudar al buceador a ser más cauteloso. Un estado de ansiedad excesivo puede llevar a esa dimensión cognitiva y perceptiva reducida, en la que la concentración y la atención del buceador pueden moverse en los temores internos, haciendo que descuide aspectos importantes, como el lento ascenso a la superficie. El pánico, por otro lado, puede ser una señal cuando se presenta un estímulo o puede surgir espontáneamente si ocurre en ausencia de un elemento desencadenante (aparte, quizás, un pensamiento simple o una idea); En comparación con el "ataque o huida" de la ansiedad, los signos y síntomas de pánico son más pronunciados. El ataque de pánico tiene un inicio repentino, alcanza un pico sintomático muy rápidamente (10 minutos o menos desde el inicio), desaparece en 60 minutos y suele ir acompañado de una sensación de catástrofe inminente y de la urgencia de alejarse. La sintomatología del pánico es mucho más debilitante que la crisis de ansiedad; El pensamiento racional se suspende y las personas pueden quedarse atascadas, por ejemplo, permanecer estacionarias en una posición o reaccionar de manera impredecible o de una manera que pone en peligro [5].