cosmetología

champú

La función principal del champú es limpiar el cabello y el cuero cabelludo. Además, también debe responder a otras necesidades, por ejemplo:

  • para dejar el cabello suave y brillante, a través de un proceso selectivo que deja una pequeña dosis de sebo en el tallo y en el cuero cabelludo,
  • facilitar el desenredado y el estilo,
  • Ser de fácil aplicación y no irritar los ojos.

Los champús también deben responder a necesidades específicas, como la anticaspa, la pérdida de cabello, la reestructuración y la ayuda de protección.

En general, la SAL (sustancia de lavado activa) de un champú está entre el 8 y el 15% y su composición se caracteriza por la presencia de un surfactante primario, generalmente aniónico, como el laureth sulfato de sodio, al que se agregan uno o más surfactantes secundarios. .

Para este propósito, los tensioactivos anfóteros, como la betaína, se usan mucho, lo que reduce la agresividad del primario y ayuda a su acción de lavado. Es posible utilizar polímeros hidrofílicos, como la celulosa o la goma xantana, para aumentar la viscosidad y para estabilizar el producto durante su vida útil.

La viscosidad de un champú es una estrategia necesaria por razones de "comercialización", ya que un champú viscoso transmite la idea de una formulación maggiromente más rica y más efectiva, además de hacer que sea más fácil dejar el producto fuera del envase.

Debe haber un sistema de conservación adecuado, una fragancia y posiblemente un tinte.

La elección del perfume es bastante laboriosa y delicada, ya que debe satisfacer más de una necesidad: el perfume dentro de la botella, el que está en uso y el que queda después del enjuague y secado.

En cuanto a los ingredientes activos, se pueden incluir numerosos extractos de plantas en esta categoría de detergentes, como los de ortiga, manzanilla, abedul y malva, aunque, en la mayoría de los casos, la adición de estos productos está más vinculada a Razones de comercialización en lugar de la efectividad real del extracto en sí, ya que a menudo se usan en dosis muy bajas y permanecen en la piel y en el cabello durante muy poco tiempo para llevar a cabo una acción cosmética.

En el caso de las preparaciones contra la caspa, se debe prestar especial atención a la base del detergente, que debe ser lo más suave posible para evitar la irritación o el efecto de "rebote" debido al desengrasado excesivo.

El funcionamiento de los champús de perlatura es siempre actual, para lo cual se utilizan sustancias opacificantes, como el monoestearato de glicerilo o los alcoholes de cadena larga (cetilo y esteárico) o, cuando se requiere emulsión polimérica y carboxivinílica de aspecto lechoso.

El pH de un champú está generalmente entre 5 y 7.