salud

Diagnóstico de fibromialgia

generalidad

La fibromialgia es un síndrome con múltiples síntomas que pueden ocurrir juntos, incluido el dolor generalizado, la disminución del umbral del dolor, la fatiga incapacitante y la ansiedad. Aún no se conoce la causa que causa esta afección, pero se destacó la participación de alteraciones particulares en la neurotransmisión, lo que induce a una mala interpretación de los estímulos dolorosos.

Este trastorno del procesamiento del dolor implica la participación progresiva del sistema inmunitario y endocrino. Cuando la fibromialgia se diagnostica y trata adecuadamente, la mayoría de las personas se benefician de una reducción significativa de los síntomas y una mejor calidad de vida.

diagnóstico

La fibromialgia tiene un diagnóstico insuficiente: se estima que se necesita un promedio de cinco años para que un paciente con fibromialgia obtenga un diagnóstico preciso. A nivel de diagnóstico, encuadrar una patología de este tipo es extremadamente complejo: muchos síntomas no son específicos y pueden imitar presentaciones clínicas de otras afecciones patológicas. Además, no hay pruebas de laboratorio específicas disponibles para confirmar el diagnóstico de fibromialgia.

Los médicos formulan el diagnóstico utilizando la información obtenida con:

  • Historia clínica de los pacientes;
  • Síntomas autoinformados;
  • Examen físico completo;
  • Evaluación manual de puntos sensibles (puntos de licitación).

Durante el diagnóstico, el médico también evalúa la gravedad de los síntomas relacionados, como astenia, trastornos del sueño y trastornos del estado de ánimo. Esta evaluación ayuda a medir el impacto de la fibromialgia en el funcionamiento físico y emocional, así como la salud general del paciente. En la fibromialgia, el diagnóstico diferencial juega un papel importante , ya que el médico tendrá que descartar otras afecciones que pueden causar síntomas similares. Otro punto clave que debe considerarse es que la presencia de otras enfermedades, como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico, no descarta un diagnóstico de fibromialgia.

historia

Muy a menudo el historial médico produce una presentación confusa o no completamente clara. La fibromialgia es un trastorno crónico y a menudo de larga duración. El paciente ciertamente tiene antecedentes sintomáticos importantes, pero a menudo no está acompañado por evidencia de la enfermedad (es decir, el diagnóstico no ha definido la enfermedad). También por este motivo, el paciente es seguido por más especialistas: reumatólogos, neurólogos, terapeutas de dolor crónico, etc.

Aunque la historia clínica de cada paciente puede ser muy diferente, la fibromialgia generalmente se desarrolla progresivamente con:

  • Una reducción de la función muscular;
  • Un estado de dolor o malestar;
  • Una limitación injustificada, desde el punto de vista clínico y funcional, en la ejecución del movimiento.

La anamnesis también es útil para establecer una asociación entre la sintomatología y los eventos físicos o emocionales específicos que pueden haber desencadenado la fibromialgia, como traumas, problemas familiares, estados emocionales alterados y estrés.

Examen objetivo

La imagen puede ser muy variable de un paciente a otro. La fibromialgia presenta en todo caso una etiología muscular y tendinosa. El examen físico no muestra signos particulares, pero tiende a registrar una alteración de la sensibilidad de las extremidades u otras partes del cuerpo: al ejercer incluso una presión leve en ciertos puntos sensibles (puntos sensibles), es posible evocar incluso un dolor agudo. . Estos puntos sensibles no son accidentales y se caracterizan en general por el hecho de que, en el sujeto sano, su estimulación no induce reacciones particulares (o al menos no en todos los puntos). A nivel de los puntos sensibles, se pueden encontrar regiones de contractura o alteraciones de la anatomía muscular gruesa. En el examen neurológico no hay signos específicos de patología nerviosa.

Criterios ACR para el diagnóstico

En 1990, el Colegio Americano de Reumatología (ACR) estableció dos criterios para el diagnóstico de fibromialgia:

  • Dolor generalizado que dura al menos tres meses;
  • Sensibilidad positiva en la palpación digital en al menos 11 de los 18 puntos de licitación.

El problema con estos criterios de diagnóstico es que están demasiado centrados en la apariencia física de la fibromialgia y este enfoque puede generar errores de diagnóstico, de hecho:

  • Los síntomas dolorosos pueden ser muy variables con el tiempo, incluso de un día a otro;
  • Los pacientes no siempre muestran una sensibilidad generalizada en todo el cuerpo;
  • Para la investigación precisa de los puntos sensibles es necesaria una cierta habilidad manual: la presión podría ejercerse sobre puntos anatómicos incorrectos o con una fuerza excesiva.

Hoy en día, el diagnóstico se basa en una evaluación más completa del paciente.

En la práctica general, los criterios diagnósticos más recientes incluyen la evaluación de:

  • Dolor generalizado que dura al menos tres meses;
  • Síntomas relacionados, tales como astenia, trastornos del sueño y trastornos del estado de ánimo;
  • Condiciones de estrés;
  • Ninguna otra condición subyacente que pueda causar dolor;
  • Exámenes de sangre y otros análisis de laboratorio, para excluir condiciones patológicas con un cuadro clínico similar.

Finalmente, el diagnóstico también se puede formular solo en presencia de algunos puntos sensibles, siempre que estén asociados con síntomas característicos que acompañan a los síntomas.

Pruebas de laboratorio

No hay pruebas de laboratorio específicas que confirmen el diagnóstico de fibromialgia, pero el médico puede decidir profundizar la definición clínica del trastorno con algunas investigaciones que permiten excluir otras afecciones de síntomas similares.

Estas condiciones incluyen:

  • Insuficiencia de vitamina D;
  • Hipotiroidismo (niveles bajos de hormonas para la hipoactividad de la glándula tiroides);
  • Enfermedades de las paratiroides (que influyen en el nivel de calcio en la sangre, ejemplo: hiperparatiroidismo);
  • Enfermedades musculares, como la polimiositis;
  • Hipercalcemia (niveles excesivos de calcio en la sangre);
  • Enfermedades infecciosas como la hepatitis y el SIDA;
  • Enfermedades y deformaciones óseas (ejemplo: enfermedad de Paget);
  • Neoplasias.

Los análisis de sangre pueden, por lo tanto, incluir:

  • Hemograma completo
  • Prueba de función tiroidea (TSH, FT4) y nivel de calcio en la sangre;
  • VES (tasa de sedimentación globular), PCR (proteína C reactiva), prueba ANA (anticuerpos antinucleares), factor reumatoide (RF);
  • Creatinfosfochinasi (CPK);
  • Fosfatasa alcalina (ALP);
  • Transaminasas, anticuerpos anti-EBV y anti-HCV;

En general, en el laboratorio de fibromialgia los parámetros de laboratorio tienden a ser normales y, sobre todo, sirven para excluir otras enfermedades reumáticas. Por ejemplo:

  • En el caso de la fibromialgia, la tasa de sedimentación de eritrocitos (VSG) suele ser normal;
  • Las FMA de la fibromialgia generalmente no son elevadas (aunque son detectables en el 10% de los casos), mientras que se encuentran comúnmente en el lupus eritematoso sistémico;
  • El factor reumatoide (FR) es positivo en la mayoría de los pacientes con artritis reumatoide;
  • La polimiositis se distingue por niveles elevados de CPK y enzimas musculares.

Finalmente, los posibles cambios radiológicos detectables en el sitio articular deben atribuirse a la patología reumática concomitante (ejemplo: artritis).