salud dental

Bolsillos gingivales

Qué son y por qué se forman.

Las bolsas gingivales se producen por un aumento del surco gingival.

El llamado surco gingival representa un canal estrecho y poco profundo, ubicado en los lados del diente y delimitado por un lado por la superficie dental y por el otro por el epitelio sensual de la encía marginal. En condiciones normales, este surco tiene una profundidad de uno a tres milímetros, pero en presencia de periodontopatías, se profundiza hasta que alcanza y supera los cuatro milímetros.

Bajo ciertas condiciones patológicas, el surco gingival puede aumentar su profundidad, formando una bolsa llamada bolsa gingival. Las causas de este fenómeno se encuentran principalmente en la deposición de placa, que si no se elimina causa la destrucción del epitelio sulcar, que para defenderse migra más hacia abajo.

Las toxinas bacterianas causan gingivitis, que se manifiesta con un sangrado gingival causado por un trauma mínimo (por ejemplo, al cepillarse los dientes). El tejido gingival irritado se retira, se aleja de su ubicación original y deja exposiciones de raíces antiestéticas y con frecuencia sensibles. Después de que la encía se aleja del diente, el hueso también se reabsorbe, creando bolsas óseas en las que la placa se acumula más fácilmente y la calcificación se convierte en sarro.

La presencia de placa subgingival y sarro es responsable de la progresión de la enfermedad. Las bacterias que no se eliminan de los dientes y las encías se esconden en las bolsas periodontales y producen toxinas que matan a los osteoblastos (las células utilizadas para reproducir el hueso). Como consecuencia, hay una reabsorción ósea que causa la movilidad de los dientes y, en ausencia de un tratamiento adecuado, la caída de los mismos (incluso cuando están perfectamente sanos). Por lo tanto, el riesgo de pérdida de dientes no está relacionado con el bolsillo gingival en sí, sino con la reabsorción ósea que se produce en ausencia de tratamiento (debido a una infección bacteriana).

La formación de bolsas gingivales está estrechamente relacionada con la presencia de placa bacteriana, pero en su origen entran en juego diversos factores, como el humo (sus sustancias citotóxicas destruyen las células utilizadas para mantener los tejidos de soporte de los dientes), estrés (que cuando es grave) disminuye las defensas inmunitarias), el embarazo y la pubertad (fuertes fluctuaciones hormonales favorecen la aparición de la gingivitis), terapias farmacológicas (anticonceptivos, antidepresivos, antihipertensivos, cortisona y otros fármacos), predisposición genética, diabetes y otras enfermedades sistémicas.

Síntomas que deben hacer sospechar una enfermedad periodontal.
  • encías inflamadas y enrojecidas;
  • sangrado de las encías;
  • halitosis (en aproximadamente el 90% de los casos proviene de la cavidad bucal con poca higiene, ya que las bacterias pueden producir compuestos volátiles de azufre);
  • Apariencia de espacios entre los dientes;
  • recesiones gingivales con exposición radicular;
  • movilidad dental

Síntomas de las bolsas gingivales.

Los bolsillos gingivales pueden profundizarse en ausencia de síntomas obvios. En consecuencia, la enfermedad periodontal a menudo se observa solo cuando alcanza una etapa avanzada, caracterizada por una mayor movilidad de los dientes, sangrado de las encías, halitosis y sensibilidad difusa.

Diagnóstico de las bolsas gingivales.

El procedimiento de diagnóstico, llamado sondaje periodontal, se realiza insertando cuidadosamente una sonda milimétrica entre el diente y el margen gingival. Las mediciones se detectan en diferentes puntos de cada diente, para detectar la presencia de bolsas periodontales y cuantificar su profundidad. Si las encías están sanas, la profundidad del surco es de 1-2 mm. Los valores superiores a 4 mm de profundidad deben considerarse patológicos.

El paciente debe considerar que, en respuesta a la inflamación local, las encías tienden a hincharse, edematosas, enmascaramientos y bolsas gingivales, que a veces pueden parecer menos profundas; por lo tanto, antes de que aparezcan síntomas o señales anormales, incluso en ausencia de dolor, es bueno ponerse en contacto con su dentista.

Prevención y terapia

Para prevenir la formación de bolsas gingivales, el cepillo de dientes y la pasta dental no son suficientes, pero pueden convertirse si se combinan con el uso de hilo dental. Los enjuagues bucales con enjuagues bucales antirrugas e irrigaciones no son necesarios, pero pueden ayudar cuando el dentista lo aconseja. Todo debe combinarse con una limpieza profesional cada seis u ocho meses en la práctica dental.

La terapia de bolsillo gingival y la paradontopatía dependen de la etapa de la enfermedad. La cirugía mucogingival incluye el conjunto de procedimientos dirigidos a la corrección de defectos morfológicos, la posición y / o la cantidad de tejidos blandos periodontales (encía). Las principales indicaciones son la cobertura de las superficies radiculares expuestas, obtenidas simplemente por la tracción de la encía existente en el área en la que falta, hasta el injerto real de la encía, que se extrae del paladar en caso de que sea necesario cubrir grandes bolsas gingivales.