herboristería

Nutrición, fitoterapia y gripe.

Por el Dr. Roberto Uliano

Ayuda al sistema inmunológico a través de la nutrición y las plantas medicinales.

Nuestro sistema inmunológico es un poderoso mediador de nuestro estado de salud. A través de células especializadas llamadas linfocitos, logra neutralizar y destruir virus y bacterias. Una de sus características fundamentales es la de estar finamente regulado en perfecto equilibrio con el entorno que nos rodea, pero en situaciones donde la nutrición está muy desequilibrada, la vida es demasiado sedentaria, el ejercicio físico es insuficiente y el estrés crónico. la inmunidad es algo no regulada Como consecuencia, las posibilidades de contraer infecciones aumentan o, por el contrario, desarrollan enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, esclerosis múltiple, tiroiditis, etc.), alergias e intolerancias.

Este equilibrio es muy similar a un equilibrio con sus platos bien equilibrados entre ellos. Uno de los platos sirve para ayudar al cuerpo a defenderse contra virus y bacterias (sistema TH1), mientras que el otro sirve contra la agresión de parásitos y virus endocelulares (sistema TH2). Cuando falta este equilibrio, hay un desequilibrio de una placa con respecto a la otra. Un sistema TH1 demasiado marcado (característico de las mujeres), aunque se defiende contra muchas infecciones, determina una mayor probabilidad de contraer enfermedades autoinmunes organoespecíficas, como la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple. Por el contrario, si el sistema TH2 pesa más a menudo, las alergias y patologías causadas por autoanticuerpos como la tiroiditis o, en casos graves, incluso una mayor incidencia de cáncer. La alimentación a través de sus nutrientes es capaz de restablecer el equilibrio. Vamos a verlo más en profundidad.

Estudios recientes indican que las vitaminas juegan un papel importante. En particular, la investigación se centró en la vitamina B6 y B12. Se ha visto que estas dos vitaminas, que se encuentran principalmente en los cereales integrales, en los huevos y en la leche, son una poderosa estimulación del sistema TH1 contra todas las infecciones virales y bacterianas. Las personas de edad avanzada corren más riesgo de padecer su deficiencia, ya que tienen una mayor atrofia del estómago, lo que compromete la absorción de estas vitaminas en el intestino.

La vitamina C, ampliamente apoyada por las publicaciones de Linus Pauling sobre medicina ortomolecular, fue ampliamente publicitada como una panacea para el resfriado común. De hecho, estas características nunca se confirmaron, pero se observó que los suplementos de vitamina C fueron efectivos para reducir la intensidad y la duración de este trastorno invernal.

La vitamina E es un potente estimulador de TH1 y también se ha asociado con una menor incidencia de cáncer de próstata.

El selenio a una dosis de 200 microgramos por día puede contrarrestar infecciones virales, estimulando el sistema TH1 y las células asesinas naturales que son poderosos destructores de virus y bacterias.

El zinc tiene el mismo potencial que el selenio, pero tiene un efecto diferente según la dosis administrada. Si desea combatir las dolencias de invierno, la dosis diaria no debe exceder de 25 a 35 miligramos durante no más de 2 a 3 semanas. Las dosis más altas y por períodos más largos estimulan el sistema TH2 y, por lo tanto, pueden afectar las enfermedades autoinmunes, pero también inducen alergias y tiroiditis.

El uso de probióticos fortalece el sistema inmunológico del intestino contra todos aquellos virus y bacterias que favorecen el sistema gastrointestinal.

Además, hay varias plantas inmunoestimulantes para apoyar la dieta. Varios estudios han confirmado la efectividad de Echinacea, Spirulina y una mezcla de plantas chinas cuya principal es Sophora Flavescens, contra las infecciones. Estas plantas mejoran efectivamente el sistema TH1.

Así que la naturaleza nos ha dado diferentes armas para combatir enfermedades estacionales, y quizás esto nos hace más serenos también hacia la gripe A, especialmente la cepa H1N1.