salud intestinal

Hemorroides: anatomía

Un poco de anatomia

La defecación, o la eliminación de las heces del cuerpo, tiene lugar gracias a un mecanismo que es solo parcialmente involuntario. De hecho, la abertura del ano está controlada por un aparato muscular, llamado esfínter anal, y por una almohadilla vascular submucosa.

El esfínter anal consiste en una parte superior involuntaria, que en presencia de heces se relaja causando la contracción simultánea del anillo más externo. La apertura de este segundo esfínter es voluntario, que es controlado por el sujeto a través de una serie de contracciones y maniobras que están diseñadas para facilitar la evacuación de las heces (ver: maniobra de Valsalva).

El cojinete vascular que asegura la nutrición y la oxigenación de estas estructuras importantes está formado por un intrincado sistema de vasos arteriales y venosos que juntos constituyen el plexo hemorroidal.

Las venas principales que se ramifican de esta área se denominan venas hemorroidales y, junto con los otros vasos, tienen la importante función de contribuir al mantenimiento de la continencia, venciendo el acto fisiológico y viceversa.

Como sucede a menudo en las venas de las extremidades inferiores, el plexo hemorroidal también está sujeto a venas varicosas. Estas alteraciones en el tono de la pared del vaso, más comúnmente conocidas como venas varicosas, son responsables de la formación de agrandamientos nodulares típicos en la base de la patología hemorroidal (ver figura). Dependiendo de si la patología afecta al plexo hemorroidal submucoso o subcutáneo, se hace referencia a las hemorroides internas y externas respectivamente.